Enrique Díaz Díaz, Obispo de la Diócesis de Irapuato, dijo que los sismos registrados recientemente en San Felipe y Cuerámaro podrían ser un reclamo de la naturaleza al ser humano por los daños que cotidianamente la población hace al medio ambiente.
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Dijo que aunque los sismos no se pueden atribuir directamente al daño ocasionado del humano a la naturaleza, está en cada persona evitar la contaminación de los ríos y evitar otras problemáticas como el deposito de basura en lugares públicos que provocan encharcamientos en los días de lluvia.
“Yo creo que estos sismos no los podemos atribuir tanto o directamente a la afectación de los seres humanos, pero hay cosas muy graves, quizá mas graves que estos mismos sismos que si lo hemos hecho, si vemos las contaminaciones de los ríos”.
Manifestó que se deben evitar las prácticas que van en contra de la naturaleza, pues hay acciones que son irreversibles para el medio ambiente y dijo que a final de cuentas los principales afectados es toda la población, pues por ejemplo la contaminación de ríos propicia problemas sanitarios.
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Dijo que la riqueza de la naturaleza debe ser aprovechada por las personas pero sin destruirla y dijo que la población debe estar alerta ante los sismos registrados en el estado para evitar algún accidente que ponga en riesgo la integridad de las personas.
“Se puede aprovechar la riqueza de la naturaleza pero no destruyéndola, el papa ha sido claro en como el hombre es no tanto dueño en el sentido de hacer lo que le de la gana con la naturaleza sino dueño en el sentido de cuidar, de proteger y dar vida a la naturaleza”.