Luego del arranque de acciones al interior del Tekchem, en las cuales, el gobierno federal invirtió 200 millones de pesos para la remediación; en ese sentido, Marisa Jacob, coordinadora de la organización Fronteras Comunes, aseguró que se trata de operaciones que no darán frutos positivos, debido a que no se cuenta con un estudio que determine las condiciones del sitio y si cuenta con las características principales para que sea habitable.

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“El último estudio que se hizo fue en 2009 y se tendría que volver a hacer nuevos estudios, no solo que se escarbe a 120 metros, sino estudios nuevos en cuerpos de agua profundos, medios, para que sean tomados como base, ya que, muchos contaminantes no desaparecen y con el clima se van agravando. Primero tendríamos que tener las características nuevas del sitio, para evitar una remediación de maquillaje verde y garantizar que quedé habitable y no sea una amenaza para las comunidades que la rodean, antes de cualquier presupuesto", explicó durante el primer foro ambiental, impartido en la casa de la Cultura de zona centro.

La socióloga, dijo que, la falta de voluntad política por parte de los tres órdenes de gobierno para resolver esta situación, solamente refleja la impunidad ambiental y genocidio que existe en torno al tema de Tekchem, ya que, se conoce la problemática, pero, no se actúa, sin embargo, la actuación más lamentable es la de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que a pesar de que fueron invitados no asistieron y son las principales responsables de la remediación.

Además, dio a conocer que de acuerdo a datos de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada seis muertes en el mundo está relaciona con enfermedades causadas por la contaminación, es decir, son tres veces más muertes que tenemos por sida, malaria y tuberculosis y significa 15 muertes más que las ocasionadas por guerras o actos violentos.

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La exposición de sustancias tóxicas aumenta el riesgo de muerte prematura, intoxicación, cánceres, enfermedades, accidentes, y secuelas, en el desarrollo neurológico principalmente en las poblaciones vulnerables en los niños y niñas.