Salamanca Gto .- En este mes de septiembre se cumplen 17 años de una de las inundaciones de mayor alcance y que más repercusiones trajeron a las familias salmantinas quienes perdieron parte de su patrimonio a causa del agua.
El sábado 6 de septiembre dio inicio este episodio de la historia del municipio con una lluvia torrencial que fue catalogada por algunos como tromba, la cual, aunada a las fuertes precipitaciones en la región mantuvieron a la ciudad dos semanas bajo el agua.
Las lluvias no cesaban y los desbordamientos de canales drenes y zonas de retención, originaron severos daños en comunidades rurales como, Los Ramírez, Loma de San Antonio, La Capilla, Ventanilla, San Manuel de Valderrama, Los Sotos, San Bernardo, La Noria de San Bernardo, Puerto de Rojas, Cerro Blanco, Puerto de Guadalupe, Los Negrete, Los Zavala, Ojo de Agua y Puerto de Valle donde ocurrieron derrumbes de construcciones de adobe o muy antiguas.
En tanto, en la ciudad, las colonias afectadas fueron en aumento, por lo que las autoridades municipales dispusieron la integración de 10 albergues donde recibieron apoyo más de 700 personas sin embargo muchas más, se refugiaron con amigos y familiares.
Los asentamientos que vivieron el impacto de la inundación fueron Constituyentes, El Pitayo, Reforma, Insurgentes, Las Estancias, El Divisador, Infonavit II, La Herradura, Ampliación Los Sauces, San Pedro, Insurgentes 4, La Cruz ,Ampliación Bellavista, Aztlán, Frac. El Parque, Guanajuato, San Javier, El Rocío, Las Reinas, 1910, La Luz, El Edén, La Gloria.
Las afectaciones derivadas de esta inundación fueron diversas, en casas habitación las construcciones, muebles y utensilios se perdieron y vías de comunicación como la carretera libre Salamanca- Irapuato, quedaron cubiertas por el agua.
Se estimó que un total de más de 32 mil personas resultaron afectadas, seis mil 500 viviendas sufrieron daños, 100 escuelas también presentaron deterioros y más de 500 pobladores rurales resultaron aquejados.
Y como ha sucedido en otros desastres la unión de los salmantinos hizo la diferencia para salir adelante, juntamente al trabajo que realizaron diferentes instancias como el Ejército Mexicano, Cruz Roja, Bomberos, Protección Civil y más organizaciones.
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Sin embargo, Salamanca a lo largo de su historia ha vivido tres inundaciones más; la primera, se cuenta, sucedió en 1912, otra en 1926 y posteriormente el 19 de septiembre de 1958 ocurrió una de las severas y catastróficas en zonas vulnerables de ésta ciudad.
Según relata el cronista de la ciudad Juan José Rodríguez Chávez los efectos de una tromba de dos días, mantuvo sumergidos bajo el agua campos de siembra, calles, fincas y predios baldíos, por 20 días seguidos en algunas de las colonias existentes en la época como, la Guanajuato, Nativitas, San Pedro y San Juan de la Presa.
Ante este panorama desolador las autoridades de la época llamaron a la población a refugiarse en templos, el ex convento de San Agustín y hasta en el edificio de la Casa Municipal.
El Ferrocarril, fue entonces el único medio de transporte por el cual se podía proveer de alimentos, de tal manera que los mismos habitantes se organizaron para desplazarse a la ciudad de México y comprar por costales las provisiones básicas para después llevarlas a la zona del mercado, (que en ese entonces se encontraba en la Plazoleta Hidalgo), donde se empezaron a distribuir a la población.
El entonces alcalde de la ciudad Florencio Orozco, debió pedir ayuda para poder empezar a levantar las viviendas hechas a base de adobe que se reblandecieron y desparecieron; pobladores utilizaban trozos de madera sobre piedras, para poder salir de sus viviendas y desplazarse para adquirir víveres.
En esta ocasión, como en el 2003, Salamanca mostró la calidez de su gente, quienes se solidarizaron para reconstruir el pueblo y superar las devastaciones causadas por la naturaleza.