Luego de un festejo atípico a San Pedro Apóstol en el barrio que lleva su mismo nombre, este año regresó la celebración religiosa, aunque con medidas sanitarias y algunas restricciones, los feligreses se dieron cita para agradecer al santo por los milagros recibidos.
Los festejos comenzaron desde el lunes 28 de junio con la llegada de dos pequeñas peregrinaciones procedentes de la ciudad de México y del municipio de Irapuato, quienes según la tradición llegan de rodillas hasta este recinto religioso y portan con ellos la tradicional cera escamada que ofrecen a San Pedro por el descanso de las personas fallecidas.
En punto de las doce de la noche se entonaron las Mañanitas , ya por la tarde de este martes el obispo Enrique Díaz Díaz llevó a cabo la misa en honor a San Pedro, quien luego de la Resurrección y Ascensión de Cristo, asumió con humildad ser cabeza de la Iglesia, dirigió a los Apóstoles y se encargó de que los discípulos mantuvieran viva la verdadera fe.
“Estamos muy contentos de poder visitar a San Pedro, sabemos que hay restricciones pero luego de un año donde no hubo fiesta poder volver a visitarlo y agradecerle nos llena de fe y nos reconforta poder estar aquí con él” dijo Epifanía devota de San Pedro.
Finalmente entre juegos mecánicos, artesanías y venta de comida, los habitantes de este barrio celebraron a su santo patrono cuyo edificio religioso se erigió en un antiguo asentamiento indígena durante la época colonial, al principio se trató de una pequeña capilla construida en el siglo XVII, pero con el paso del tiempo fue modificándose hasta consolidarse como parroquia en 1975.