/ jueves 26 de octubre de 2023

Opera IMSS a reportero Eduardo Ortega gracias a que se hizo viral

Reportero agradecido con el IMSS

León, Gto.- Eduardo Ortega, reportero del Periódico Correo lo operaron gracias a que su caso se hizo viral, acudió al Instituto Mexicano del Seguro Social número 2 en Irapuato, ubicado en la calle De La Reforma en Fraccionamiento Viveros Revolución debido a que se lesionó su clavícula izquierda.

En entrevista para Organización Editorial Mexicana, platicó que se lesionó la clavícula izquierda jugando fútbol y agradeció a personal del IMSS, diputados, al secretario de Ayuntamiento Rodolfo Gómez Cervantes, la alcaldesa de Irapuato, Lorena del Carmen Alfaro García, al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y a asociaciones que le brindaron todo el apoyo.

ESTA ES SU HISTORIA

A Eduardo Ortega le apasiona jugar fútbol y se lesionó la clavícula, dicho traumatismo le habría costado estar esperando hasta dos meses -eso le decían los médicos mientras esperaba en Urgencias- debido a falta de camillas.

“Me lesioné jugando futbol, me fracturé la clavícula izquierda el día martes por la noche, acudí al Seguro Social, me hicieron sufrir un verdadero infierno porque si me dieron atención en el área de Urgencias, pero en la madrugada me pusieron en una silla de plástico, ahí viví prácticamente cuatro días con el dolor, desesperación, impotencia y vi varios casos muy tristes, desgraciadamente”, comentó.

Mencionó que, al trabajar en el Periódico Correo en Irapuato, tuvo todo el apoyo por parte de sus jefes y directores quienes se portaron a la altura, no buscaron que le dieran privilegios, pero sí lo recomendaron para que se atendiera, pero estando en el Seguro la respuesta por parte del personal era que no había camillas y podría llevarse hasta dos meses.

Dijo que esas camillas están en el área de Urgencias, observó cómo había personas que les tocó estar acostados en una camilla bonita y otros estar tirados en el piso recostados sobre el piso, a él le tocó estar en una silla de plástico duro e incómoda donde pasó cuatro noches sin dormir.

“Respeto a los doctores porque se han preparado y han estudiado mucho, pero me llenaba de rabia verlos caminar de un lado a otro y no decían ni una sola palabra y cuando uno les hablaba hasta se molestaban, yo les decía: oiga doctor qué le dicen de mí, respondían: no hay camillas”.

Desde que llegó al área de servicio, por parte de enfermeras le administraron cloruro de sodio, a determinadas horas le inyectaba un calmante y desinflamantes para calmar el dolor.

“Sentado en la silla medio dormía porque es un espacio pequeño de aproximadamente un metro 20 centímetros de separación de donde está el otro paciente, no podía ni estirar los pies porque a veces pasaban con un carrito o pasaban los enfermos y me pegaban en los pies”, aseguró.

EL CALVARIO

Relató que su familia se movió para hacer una “vaquita” para sacarlo del IMSS y se fuera operar a una clínica privada, pero Eduardo prefirió esperar por que le preocupaba la incapacidad ya que esta fractura le iba a llevar alrededor de tres meses de recuperación, sino es que más y al no ser atendido en la Institución antes mencionada perdería sus beneficios de derechohabiente.

“Mi empresa siempre me apoyó, yo creo que quizás me pudo ayudar con adelantarme vacaciones para mi recuperación, pero yo necesitó más de un mes y mi empleo y eso era lo que me obligaba a aguantar aun estando medio de la desesperación y hasta se me salían las lágrimas, quería arrancarme el suero y decir ya estuvo, es una desesperación horrible que espero que nadie la viva.”

Fue así, como el pasado viernes no aguantó, y un chavo de nombre Gerardo con quien había hecho amistad le tomó unas fotografías, que después publicó en Facebook. Sus amigos y familiares las compartieron y etiquetaron a la alcaldesa de Irapuato, Lorena del Carmen Alfaro García y al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, de este modo hubo respuesta gracias a que la publicación se hizo mediática.

SIN CELULAR

Cabe señalar que para lograr está denuncia, su esposa le escondió el celular para tener comunicación con su familia debido a que las horas de visitas eran pesadas porque la primera era a las seis de la mañana, la segunda a la once del día, otra a las seis de la tarde y la última a las doce y sólo era por un tiempo de 30 minutos y solo una persona podía visitarlo. Este último horario le preocupaba a Eduardo, porque temía que, en el regreso a su casa, su familiar pudiera tener algún accidente.

Una vez que compartió el calvario o “infierno”, como Eduardo lo llama, recibió llamadas de algunos diputados, de presidencia municipal, el secretario de ayuntamiento Rodolfo Gómez Cervantes, y después de pasar un proceso de camilla a cama lo atendieron rápido.

El mensaje lo subió entre cuatro o cinco de la tarde y a las seis que era la hora de visita, llegó un médico internista y le dijo que se le iba hacer unos estudios porque lo iban a operar y trasladar a Guanajuato capital.

“Me hicieron una tomografía, me hicieron estudios de sangre, radiografía en Irapuato para llegar directo a quirófano, más noche me subieron a una cama a piso y me llamó la atención que sí había camas hasta eléctricas y solas ¿Entonces por qué nos hacen esperar tanto?”, expresó.

Al fin en la mañana llegó una persona que le preguntó su nombre, y le dijo que tenía la orden de llevarlo al hospital de Guanajuato, aunque las enfermeras no tenían la orden a las 6:15 salieron en ambulancia al IMSS Cantarranas. Ahí le atendieron bien, y el proceso empezó de cero, le volvieron a tomar sus datos y le volvieron hacer otra vez los estudios, porque sus análisis se quedaron en el IMSS número 2 en Irapuato.

“Ahí me di cuenta de que el sistema de Seguro Social es un sistema cavernícola porque usa papel, pluma y malos tratos, ¿cómo era posible que otra vez me fueran hacer los mismos estudios?”, afirmó.

“Debo reconocer que me dieron buen trato y como paciente es importante que no nos hagan malas caras y nos regañen porque afecta emocionalmente, entonces los estudios fueron en el transcurso de la mañana y fui operado hasta las tres de la tarde y mi operación duró aproximadamente tres horas”, añadió.


HISTORIAS DEL SEGURO

Eduardo Ortega, dio a conocer que una de las historias que más le impactó fue la de una madre que llevaba a su niño ardiendo en calentura, y que no eran atendidos porque las personas encargadas de pasar el nombre del niño olvidaron darle al doctor el papelito con los datos del bebé, y fue hasta que la gente, al ver la desesperación de la mujer, encararon a las trabajadoras, y fue de este modo que le avisaron al médico de turno, aunque tardaron en brindarles el servicio.

También pudo presenciar como su amigo Gerardo, y otras personas, decidieron mejor abandonar el IMSS, para ser tratados en clínicas y hospitales privados.

FRASE

“Que tristeza, desesperación, rabia... llevo más de 74 horas viviendo en está inche silla dura del Seguro Social. Día y noche aquí duermo, aquí como .... me fracturé la clavícula y como buen derechohabiente del IMSS llegué a recibir atención médica, pero resulta que me tengo que esperar hasta 3 o más SEMANAS para que me operen, pero no hay nada seguro... ya no quiero que vengan a solo decirme que no hay camas, ya quiero una solución... ahora entiendo a tanta gente que dice que aquí solo se viene a morir... perdón pero se me salieron las lágrimas”.

León, Gto.- Eduardo Ortega, reportero del Periódico Correo lo operaron gracias a que su caso se hizo viral, acudió al Instituto Mexicano del Seguro Social número 2 en Irapuato, ubicado en la calle De La Reforma en Fraccionamiento Viveros Revolución debido a que se lesionó su clavícula izquierda.

En entrevista para Organización Editorial Mexicana, platicó que se lesionó la clavícula izquierda jugando fútbol y agradeció a personal del IMSS, diputados, al secretario de Ayuntamiento Rodolfo Gómez Cervantes, la alcaldesa de Irapuato, Lorena del Carmen Alfaro García, al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y a asociaciones que le brindaron todo el apoyo.

ESTA ES SU HISTORIA

A Eduardo Ortega le apasiona jugar fútbol y se lesionó la clavícula, dicho traumatismo le habría costado estar esperando hasta dos meses -eso le decían los médicos mientras esperaba en Urgencias- debido a falta de camillas.

“Me lesioné jugando futbol, me fracturé la clavícula izquierda el día martes por la noche, acudí al Seguro Social, me hicieron sufrir un verdadero infierno porque si me dieron atención en el área de Urgencias, pero en la madrugada me pusieron en una silla de plástico, ahí viví prácticamente cuatro días con el dolor, desesperación, impotencia y vi varios casos muy tristes, desgraciadamente”, comentó.

Mencionó que, al trabajar en el Periódico Correo en Irapuato, tuvo todo el apoyo por parte de sus jefes y directores quienes se portaron a la altura, no buscaron que le dieran privilegios, pero sí lo recomendaron para que se atendiera, pero estando en el Seguro la respuesta por parte del personal era que no había camillas y podría llevarse hasta dos meses.

Dijo que esas camillas están en el área de Urgencias, observó cómo había personas que les tocó estar acostados en una camilla bonita y otros estar tirados en el piso recostados sobre el piso, a él le tocó estar en una silla de plástico duro e incómoda donde pasó cuatro noches sin dormir.

“Respeto a los doctores porque se han preparado y han estudiado mucho, pero me llenaba de rabia verlos caminar de un lado a otro y no decían ni una sola palabra y cuando uno les hablaba hasta se molestaban, yo les decía: oiga doctor qué le dicen de mí, respondían: no hay camillas”.

Desde que llegó al área de servicio, por parte de enfermeras le administraron cloruro de sodio, a determinadas horas le inyectaba un calmante y desinflamantes para calmar el dolor.

“Sentado en la silla medio dormía porque es un espacio pequeño de aproximadamente un metro 20 centímetros de separación de donde está el otro paciente, no podía ni estirar los pies porque a veces pasaban con un carrito o pasaban los enfermos y me pegaban en los pies”, aseguró.

EL CALVARIO

Relató que su familia se movió para hacer una “vaquita” para sacarlo del IMSS y se fuera operar a una clínica privada, pero Eduardo prefirió esperar por que le preocupaba la incapacidad ya que esta fractura le iba a llevar alrededor de tres meses de recuperación, sino es que más y al no ser atendido en la Institución antes mencionada perdería sus beneficios de derechohabiente.

“Mi empresa siempre me apoyó, yo creo que quizás me pudo ayudar con adelantarme vacaciones para mi recuperación, pero yo necesitó más de un mes y mi empleo y eso era lo que me obligaba a aguantar aun estando medio de la desesperación y hasta se me salían las lágrimas, quería arrancarme el suero y decir ya estuvo, es una desesperación horrible que espero que nadie la viva.”

Fue así, como el pasado viernes no aguantó, y un chavo de nombre Gerardo con quien había hecho amistad le tomó unas fotografías, que después publicó en Facebook. Sus amigos y familiares las compartieron y etiquetaron a la alcaldesa de Irapuato, Lorena del Carmen Alfaro García y al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, de este modo hubo respuesta gracias a que la publicación se hizo mediática.

SIN CELULAR

Cabe señalar que para lograr está denuncia, su esposa le escondió el celular para tener comunicación con su familia debido a que las horas de visitas eran pesadas porque la primera era a las seis de la mañana, la segunda a la once del día, otra a las seis de la tarde y la última a las doce y sólo era por un tiempo de 30 minutos y solo una persona podía visitarlo. Este último horario le preocupaba a Eduardo, porque temía que, en el regreso a su casa, su familiar pudiera tener algún accidente.

Una vez que compartió el calvario o “infierno”, como Eduardo lo llama, recibió llamadas de algunos diputados, de presidencia municipal, el secretario de ayuntamiento Rodolfo Gómez Cervantes, y después de pasar un proceso de camilla a cama lo atendieron rápido.

El mensaje lo subió entre cuatro o cinco de la tarde y a las seis que era la hora de visita, llegó un médico internista y le dijo que se le iba hacer unos estudios porque lo iban a operar y trasladar a Guanajuato capital.

“Me hicieron una tomografía, me hicieron estudios de sangre, radiografía en Irapuato para llegar directo a quirófano, más noche me subieron a una cama a piso y me llamó la atención que sí había camas hasta eléctricas y solas ¿Entonces por qué nos hacen esperar tanto?”, expresó.

Al fin en la mañana llegó una persona que le preguntó su nombre, y le dijo que tenía la orden de llevarlo al hospital de Guanajuato, aunque las enfermeras no tenían la orden a las 6:15 salieron en ambulancia al IMSS Cantarranas. Ahí le atendieron bien, y el proceso empezó de cero, le volvieron a tomar sus datos y le volvieron hacer otra vez los estudios, porque sus análisis se quedaron en el IMSS número 2 en Irapuato.

“Ahí me di cuenta de que el sistema de Seguro Social es un sistema cavernícola porque usa papel, pluma y malos tratos, ¿cómo era posible que otra vez me fueran hacer los mismos estudios?”, afirmó.

“Debo reconocer que me dieron buen trato y como paciente es importante que no nos hagan malas caras y nos regañen porque afecta emocionalmente, entonces los estudios fueron en el transcurso de la mañana y fui operado hasta las tres de la tarde y mi operación duró aproximadamente tres horas”, añadió.


HISTORIAS DEL SEGURO

Eduardo Ortega, dio a conocer que una de las historias que más le impactó fue la de una madre que llevaba a su niño ardiendo en calentura, y que no eran atendidos porque las personas encargadas de pasar el nombre del niño olvidaron darle al doctor el papelito con los datos del bebé, y fue hasta que la gente, al ver la desesperación de la mujer, encararon a las trabajadoras, y fue de este modo que le avisaron al médico de turno, aunque tardaron en brindarles el servicio.

También pudo presenciar como su amigo Gerardo, y otras personas, decidieron mejor abandonar el IMSS, para ser tratados en clínicas y hospitales privados.

FRASE

“Que tristeza, desesperación, rabia... llevo más de 74 horas viviendo en está inche silla dura del Seguro Social. Día y noche aquí duermo, aquí como .... me fracturé la clavícula y como buen derechohabiente del IMSS llegué a recibir atención médica, pero resulta que me tengo que esperar hasta 3 o más SEMANAS para que me operen, pero no hay nada seguro... ya no quiero que vengan a solo decirme que no hay camas, ya quiero una solución... ahora entiendo a tanta gente que dice que aquí solo se viene a morir... perdón pero se me salieron las lágrimas”.

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