En el Cecati 113, de Salamanca, un hombre ha encontrado su pasión y propósito en el mundo del diseño de moda.
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Rodolfo Soto Pérez, estudiante del taller de confección de prendas de vestir, ha transformado su vida a través de la moda, pues ha aprendido a crear desde pantalones y blusas hasta vestidos, con una habilidad y dedicación que destacan en cada pieza.
En entrevista con El Sol de Salamanca, Rodolfo Soto explicó que decidió unirse a este taller no solo porque encuentra facilidad en la confección de ropa, sino también porque la moda está en constante cambio y, como él menciona, "uno de persona grande no encuentra ropa de su medida y colores".
Este deseo de superación personal y de estar siempre ocupado lo ha llevado a explorar este fascinante mundo, demostrando que nunca es demasiado tarde para aprender algo nuevo.
Cuando compartió con su familia su intención de estudiar diseño de moda, inicialmente se encontraron con incredulidad. Sin embargo, la reacción cambió rápidamente al ver las prendas que Rodolfo Soto comenzó a confeccionar; ahora, su familia no solo lo felicita, sino que también le piden que les haga ropa, reconociendo el talento que ha desarrollado.
Desde cero
Rodolfo Soto contó que llegó al taller con cero conocimientos previos, sin saber cómo se usaba una aguja o cómo se hacía un patrón. Con el tiempo y esfuerzo, aprendió a enhebrar una aguja y a manejar una máquina de coser, habilidades que considera fundamentales en su crecimiento personal y profesional.
Por ello, Rodolfo Soto se dirigió a aquellos que aún creen que la costura es solo para mujeres, recordando que los grandes diseñadores de moda comenzaron con una simple aguja y una máquina de mano.
"Las grandes modas se han hecho con grandes diseñadores, y todos empezaron de la misma manera", afirmó. Su mensaje es claro: tanto jóvenes como adultos deben aprovechar las oportunidades educativas y profesionales que se presentan, en lugar de caer en la drogadicción u otros problemas.
De todo un poco
En el taller, Rodolfo Soto ha confeccionado una variedad de prendas, desde guayaberas y sacos hasta cortinas y pijamas. Sin embargo, destacó que las guayaberas, especialmente las bordadas a mano, han sido las prendas más desafiantes.
"Las guayaberas se complican por los pliegues, que varían desde medio milímetro hasta un centímetro. Es un verdadero arte hacerlas, especialmente las bordadas a mano", comentó.
Para Rodolfo Soto, confeccionar una guayabera puede tomar hasta ocho días, un testimonio del tiempo y dedicación que requiere esta pieza.
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Rodolfo Soto Pérez no solo ha aprendido a confeccionar ropa, sino que ha descubierto un nuevo camino de superación y creatividad, inspirando a otros con su historia, pues recuerda que la moda, más que una simple prenda, es una expresión de arte y esfuerzo humano.