Salamanca, Gto., San Gonzalo, el barrio que adoptó el nombre debido al santo que llego y que ahora la gente celebra una tradición al entrar bailando al sacro recinto cada 10 de enero en festejo que creó y ambiente la población en ese lugar.
Este templo fue erigido en lo que se conoció originalmente el Barrio de Nuestra Señora de San Juan Chihuahua (hoy San Gonzalo). Este recinto religioso en su proporción es de tamaño mediano y data de los siglos XVII y ampliado en el XVIII. No obstante, los fieles comenzaron a venerar una pintura de 1830 en la que está representado San Gonzalo de Amarante, por lo que el nombre de Templo de San Gonzalo comenzó a popularizarse entre los fieles salmantinos y el barrio tomó el mismo nombre de San Gonzalo a partir del año 1850. El atrio de este templo fue convertido en camposanto hasta el año de 1972.
En su opinión Cronsita de la Ciudad, Juan José Rodríguez Chávez, nos indica que San Gonzalo de Amarante era un portugués nacido en 1186, y quien murió en 1259. Perteneció a la Orden de los Dominicos, su fama se debe a que los pescadores le solicitaban a él ante Dios que se multiplicaran los peces en el mar de manera milagrosa, para poder tener el sustento y alimento del día para sus familias. La acción del milagro por medio de la oración era que los pescaditos, de manera vertical se asomaban en las aguas presentándose en movimiento sigiloso, como si estuvieran bailando, y de allí, los pescadores tomaban la acción de bailar de manera personal porque la gracia o el milagro se les había concedido. Una vez que fallece el santo, se tomó la costumbre de venerarlo y visitarlo con la promesa de bailarle para solicitarle alguna gracia o prodigio. Su atributo principal es que porta en una de sus manos un atado de pescados.
Así, cada 10 de enero se festeja a este santo en Salamanca, recordando a San Gonzalo. La celebración comienza días antes con un novenario y culminando en la fecha antes señalada. Hay también un desfile de mojigangas que armonizan el ambiente con el sonido de tambores, flautas, guitarras y violines. Durante el novenario y el día principal de su fiesta, los fieles entran al templo bailando de manera personal, “de a brinquito” (no en parejas) y repitiendo esta oración: “San Gonzalo de Amarante, tú que pasaste la mar, concédeme este milagro, que ya comienzo a bailar”, escritura que se puede leer en el mismo lienzo de pintura del cuadro dedicado a San Gonzalo, en la parte inferior derecha, como promesa por algún milagro o gracia concedido a sus devotos.
En cuanto a la Virgen de Nuestra Señora de San Juan Chihuahua, advocación original del templo, se sigue venerando en el nicho central del altar mayor, en figura de bulto, pequeña de 35 cms. de altura con todo y su peana, de forma triangulada al estilo y forma de la Virgen de San Juan de los Lagos o de La Salud de Pátzcuaro, Mich. Fue hecha en Pátzcuaro, de las originales, de pasta de caña de maíz, como el Cristo del Señor del Hospital y ambas imágenes datan de la primera mitad del siglo XVI. Su fiesta patronal es el 2 de Febrero, día de la Virgen de la Candelaria, la cual es muy visitada por los salmantinos y devotos.
En el orden arquitectónico sus bóvedas son de arista y de luneto; su único altar es de estilo neoclásico y sobre el muro interior lateral oriente presenta una portada de estilo barroco para comunicar con la sacristía, elemento que llama mucho la atención por su arte labrado en cantera. Este templo fue ya totalmente restaurado en su interior y exterior hasta el año 2015.