San Nicolás Tolentino, el santo patrono de Jaral del Progreso, estará de fiesta.
El sacerdote Lucio Ramos Hernández invitó a todas las personas a que acudan a la celebración que se llevará a cabo el martes diez de septiembre en honor a San Nicolás Tolentino en la Parroquia del mismo nombre; la fiesta religiosa iniciará con las tradicionales mañanitas, posteriormente tendrán una misa con la participación de sacerdotes de diferentes municipios y en el exterior las personas podrán comprar comida, artesanías y diferentes artículos.
El párroco recordó que San Nicolás de Tolentino nació en San Angelo, en Italia, en 1245; se dice que su madre, avanzada en años, no había podido concebir y junto con su esposo hicieron una peregrinación al Santuario de San Nicolás de Bari donde ella rogó a Dios por un hijo que se entregara al servicio divino, tiempo después quedó embarazada.
Mientras crecía, el pequeño Nicolás pasaba horas en oración, escuchaba con entusiasmo la palabra de Dios, llevaba a su casa a los pobres para compartir con ellos lo que tenía y se deleitaba en leer buenos libros como estudiante.
Después de escuchar el sermón de un fraile o ermitaño de la Orden de San Agustín, se decidió a renunciar al mundo e ingresó a la orden en el convento del pequeño pueblo de Tolentino. Hizo su profesión religiosa antes de haber cumplido los 18 años y en 1271 fue ordenado sacerdote en el convento de Cingole.
Los últimos 30 años de su vida, Nicolás vivió en Tolentino. Predicaba en las calles, administraba los sacramentos en asilos para ancianos, hospitales, prisiones y pasaba largas horas en el confesionario.
Cuando por gracia de Dios obraba algún milagro, pedía a los presentes que no dijeran nada sobre eso. “Denle las gracias a Dios, no a mí", decía.
Los fieles, impresionados de ver las conversiones que obtenía y su profunda espiritualidad, le pedían que intercediera por las almas del purgatorio y esto le valió, muchos años después de su muerte, ser nombrado “Patrón de las Santas Almas”.
Nicolás padeció por mucho tiempo de dolores de estómago y poco a poco su salud fue empeorando. Un día se le apareció la Virgen María y le dio instrucciones para que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y se lo comiera con la promesa de que se curaría por su obediencia. Así sucedió y en gratitud, Nicolás bendecía trozos de pan similares y se los daba a los enfermos, obteniendo numerosas sanaciones.
Murió el 10 de septiembre de 1305 y fue enterrado en la iglesia de su convento en Tolentino, en Italia. Muchas décadas después fue expuesto su cuerpo incorrupto y se dice que al parecer un hombre extranjero le cortó los brazos para llevárselos a su país natal, pero fue capturado por un flujo de sangre que brotó de las extremidades del Santo.
Un siglo después se hizo el reconocimiento de los huesos y se vio que los brazos amputados se hallaban intactos y empapados en sangre. Siglos después se repitió el derramamiento de sangre fresca de los brazos de San Nicolás de Tolentino.
“Después de mucho tiempo que ocurrieron esos acontecimientos, muchas personas decidieron que no sólo en su país, sino en otras naciones en la parroquia o municipio en su ciudad San Nicolás Tolentino fuera el Santo de los católicos, por lo cual en Jaral del Progreso se le venera como un Santo y cada año se festeja el diez de septiembre fecha en la que murió” expresó el sacerdote de la Parroquia de San Nicolás Tolentino, Lucio Ramos.
Por ello, el 10 de septiembre durante todo el día las personas podrán disfrutar de diferentes comidas como pozole, tamales, hamburguesas, tacos y bebidas frescas, postres y botanas las cuales venderán los comerciantes en el jardín principal. Por lo cual se espera la asistencia de muchas personas para que acudan a la tradicional fiesta en honor a San Nicolás Tolentino.