Monseñor José Gerardo Velázquez Solís párroco y rector del Santuario Diocesano del Señor del Hospital, indicó que ante los robos detectados en templos y parroquias se han tenido que incrementar los sistemas de vigilancia, además de que los centros de culto deben no pueden permanecer abiertos durante todo el día, esto para evitar este tipo de incidentes que se presentan en colonias y comunidades del municipio.
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“Esta situación se ha dado en muchas partes de la ciudad, los comercios, en las casas habitación en donde ha habido algún robo, algún saqueo y si tenemos que estar tomando medidas cada día para cuidar más el patrimonio que tienen los templos, una de las maneras es indudablemente las tecnologías las cámaras y la otra los horarios de apertura de los templos, cuidar no dejarlos abiertos todo el día si es que no tenemos el personal adecuado para mantener el orden y seguridad que se requiere en estos tiempos actuales”, refirió.
En este sentido consideró que la población en general y la feligresía deben sumarse y actuar en conjunto para proporcionar la seguridad requerida, debido a que el propio santuario ha sido blanco de algunos robos que calificó como menores.
“Ha tenido robos menores como muchos otros templos a veces alguna alcancía que la fuerzan y la abren, no ha pasado de ahí gracias a Dios, tiempo atrás de algún robo de la tubería de cobre, pero nada más, no hemos tenido robos de vasos sagrados o profanación de objetos sagrados, en San Gonzalo robaron el sagrario por lo que tenemos mucho cuidado para conservar el orden y seguridad de los inmuebles sean parroquias o capillas”, consideró.
Robos de mayor repercusión
En agosto de 2010, la corona del Cristo Negro, patrono de Salamanca, fue robada del templo del Señor del Hospital, una pieza que tiene una antigüedad de más de 460 años, elaborada en plata, con baño de oro e incrustaciones de piedras preciosas, que tiempo después fue recuperada.
A finales de 2022 el altar de la Parroquia Antigua, donde veneran a San Bartolomé Apóstol y fue blanco también de la delincuencia, luego de fueran sustraídos dos cálices de oro, mismos que hasta la fecha no han sido recuperados o se tanga algún avance en torno al sacrilegio.