Más de dos décadas han pasado desde que se generó el tiradero de lodos de Quidesa, sitio que hasta la fecha sigue sin remedirse, un asunto que debe de atenderse de manera inmediata al ser un sitio que comienza a poblarse, indicó Fernando Baca Amador, ambientalista e integrante del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía.
El ambientalista afirmó que se podría realizar un saneamiento en la zona, sin embargo el problema no es tan sencillo, ya que son más de 40 mil toneladas de residuos tóxicos las que se encuentran en el lugar, y para ello la estrategia más puntual sería obligar a la empresa a pagar por los daños ambientales que se dejaron en el sitio.
“Hace días fuimos por allá arriba vimos que ya están ya se llevaron los tanques y las puertas y están construyendo hay una construcción que se alcanza a ver desde la carretera tal vez la función de eso es empezar a tapar lo que resta del tiradero, para luego convertirlo en colonia y lo único que va a pasar es que se convertirá en un lugar enfermo no para vivir, derivado de los contaminantes que quedarán ahí”, explicó.
Por más de 30 años, Quidesa trabajó la elaboración de cremas y aceites para niños, los cuales eran sanos para el medio ambiente, no así los desechos que se concentraron en el sitio y que a lo largo del tiempo ha generado enfermedades renales y cancerígenas a las personas que radican cerca del lugar, debido a los metales pesados.
Indicó que en caso de concretarse una remediación de la zona se tendrá que comenzar por desarmar parte de la estructura de la empresa que todavía queda en la zona.
En el Cerro de la Cruz se encuentra el tiradero tóxico ocasionado por la Empresa Químicos y Derivados, S.A, misma que se comprometió a retirar la mayoría de los desechos en 2014 y que a la fecha sigue sin atenderse.
La existencia de estos pasivos ambientales en la zona ha generado a través de los años la proliferación de enfermedades así como la contaminación de los mantos freáticos provocando afectaciones a la piel.