CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- En México la inflación calculada a tasa anual, al cierre de agosto, se ubicó en 8.7%, lo cual ubica a la inflación como la más alta desde diciembre de 2000, es decir, de los últimos 21 años y 8 meses, informó el economista, Mauricio Hernández Mendoza, quien agregó que se espera que el 29 de septiembre, el Banco de México aumente una vez más la tasa de interés en 75 puntos básicos para ubicarla en un máximo histórico de 9.25%.
Explicó que “el crecimiento de los precios se ha observado de forma más profunda en las mercancías alimentarias; en el último año los alimentos han visto crecer su precio a razón del 12.94%, lo cual no ocurría desde diciembre de 1999. Particularmente, la fruta y la verdura han aumentado su precio en el último año un 15.18%”.
Mencionó que, en el último año, los productos agrícolas con mayor incremento han sido la cebolla, cuyo precio ha crecido por encima del 100%, la naranja con el 44%, la sandía el 39% y el tomate verde el 36%.
Refirió que “en Guanajuato, el seguimiento quincenal del comportamiento de los precios lo realiza el INEGI en dos ciudades, Cortazar y León. En el último año, en Cortazar, la inflación está por encima de la inflación nacional, pues la tasa se ubicó en 9.7% al cierre de agosto. En el caso de León, en el último año, la inflación ha sido del 8.2%”.
“Ello implica que, en promedio y como medición de la inflación en el estado de Guanajuato, los precios han aumentado entre agosto del 2021 y agosto del 2022 en 8.9%, es decir, por encima de la inflación nacional”.
Indicó que, con la tendencia del crecimiento de los precios, se espera que la tasa de interés de referencia vuelva a sufrir un aumento de 75 puntos base en la próxima reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México del próximo 29 de septiembre.
“Ello colocaría a la tasa de referencia en un nivel de 9.25%, el cual nunca ha sido observado en México desde que existe la tasa de interés de referencia. El aumento en la tasa de interés tiene diversas consecuencias; para aquellos que tienen créditos a tasa variable, inevitablemente tendrán que pagar más intereses, lo cual es un duro golpe para las familias, pues en lugar de destinar una mayor parte de su ingreso a la satisfacción de necesidades, se deberá de destinar al pago de intereses por los créditos contraídos”.
“El crédito a tasa variable más común de observar es el de las tarjetas de crédito, cuyos intereses se calculan a tasa variable y se pueden llegar a convertir en crédito prácticamente impagables, por lo que la recomendación es no utilizar de ninguna manera la tarjeta de crédito como una forma de aumentar el ingreso, sino exclusivamente como un medio de pago, de tal forma que mes con mes se pueda ir liquidando la tarjeta sin tener que pagar intereses”.
Por el otro lado, mencionó que para las familias que tiene capacidad de ahorro, el aumento en la tasa será benéfico, pues podrán acceder a mayor rendimiento por sus ahorros e indicó que actualmente, el efecto se ve en, por ejemplo, el rendimiento que pagan los CETES a un año, cuya tasa ya rebasó el 10%, lo cual no se observaba desde al año 2005.
“Hay otro efecto negativo que nos debe de preocupar; al aumentar las tasas de interés el gobierno, en sus tres niveles, debe de destinar una mayor parte de sus ingresos al pago de intereses y disminuye la capacidad que tiene para atender las necesidades sociales y de inversión en infraestructura”.
¿QUÉ SE ESPERA QUE OCURRA CON LA INFLACIÓN EN LO QUE RESTA DEL AÑO?
Comentó que se espera que la tasa de inflación toque su nivel máximo en septiembre y que a partir de ese momento se observe una tendencia a la baja en la tasa por lo que resta del año y a lo largo del 2023.
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“Lo anterior no significa que los precios vayan a bajar, sino que continuarán aumentado, pero a una menor velocidad en comparación con la velocidad a la que han crecido en el último año”, finalizó el economista.