Salamanca, Gto. (OEM).- A pesar de que en este inicio de año no se contempló un incremento al precio de la tortilla, para el segundo semestre de 2024, los industriales de este producto de la canasta básica evaluarán los gastos de producción a efecto de estabilizar un margen de ganancia el cual poco a poco ha disminuido ante el incrementos de los insumos y materias primas, mismos que pudieran elevarse aún más ante la falta de cultivos de maíz y la sequía que ha arrastrado desde hace poco más de un año a sectores agrícolas, consideró Álvaro Patiño, tesorero de la Federación de la Masa y Tortilla de Celaya.

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“El secreto, pero bueno secreto entre comillas para mantener el precio de la tortilla, es que tenemos por ahí un apoyo de capital/semilla de Gobierno del Estado, más aparte apoyos que nos ha dado la Secretaría de Desarrollo Económico con equipo, y bien esa es una de las formas que no golpeemos tanto a nuestro público consumidor con esos apoyos, el precio se mantiene entre 20 y 22 pesos”, indicó.

Ante el cuestionamiento sobre posibles incrementos al precio de la tortilla, Álvaro Patiño explicó que, “bueno pues eso depende mucho de las bodegas expendedoras de maíz o de las harineras, inclusive del gas también, porque ya empezó a incrementar nuevamente (…) depende mucho de cómo suba el precio por la sequía, porque pues por la sequía se ve que no va a haber maíz; aunque hay importaciones pero los bodegueros lo tienen acaparado y eso incrementa el precio inmediatamente”.

En cuanto a la rentabilidad del preció argumentó que, es complicado el cubrir los gastos de producción, además del pago de salarios en caso de quienes emplean a otras personas; “en realidad el precio está bajo, para quienes pagamos impuestos, estamos formalizados en todos los aspectos, pero para los que están libres, quienes se avalan la luz, compran gas robado, compran maíz robado, pueden dar a como quieran, pero las personas formales estamos sumamente al margen casi”.

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Respecto a la calidad del maíz importado, aseguró que es inferior al que se produce tanto en Guanajuato como en Sinaloa, aunado a que la importación de este grano representa un costo mayor por el pago de fletes que tienen que realizar los industriales desde la frontera o los puertos.