Yolanda actualmente tiene 43 años, y comparte su experiencia contra el cáncer. Hace un año le fue diagnosticado cáncer de mama etapa tres.
En esta entrevista narra su experiencia y su valor para enfrentar la enfermedad.
Desde el momento en que supe de esta enfermedad, vivo con este nuevo huésped en mi cuerpo. Una mañana me despierta un dolor muy intenso en mi seno izquierdo; al tratar de localizar con mi mano el área del dolor me detectó una bolita un poco dura y de tamaño considerable, realmente me asusté por este descubrimiento, por ello es que de manera inmediata decido sacar una cita médica, al estarme explorando la doctora determina que me realizaría unos estudios, para darme un diagnóstico del por qué era esa “bolita”, y así descartar si era cáncer o no.
A los tres días después de la visita con la doctora acudo a realizarme una mastografía; la enfermera que me atiende me realiza las preguntas: ¿Es la primera vez que se realiza una mastografía?, a lo que contesté que sí, es la primera vez, al momento la señorita le lleva los estudios al médico en turno, al regresar me comenta que me realizaran un ultrasonido porque veían algo raro en la mastografía, durante este tiempo la mente y mi imaginación volaron, me dije a mi misma “Tengo cáncer” y se lo consagré Dios, al hacerme el ultrasonido el doctor me dice que no me espante, el ultrasonido es para estar seguro del diagnóstico ya que con la mastografía no era muy clara, al momento determina que me realizara una biopsia para mandarlo a Patología y determinar si es cancerígena o no, el doctor continuaba diciendo usted no se preocupe disfrute de su fin de semana en lo que nos entrega los resultados Patología.
No podemos culpar a estos doctores por no contar con la sensibilidad que se merece este tipo de temas, en ese momento sentí en mi ser la sensación de ese cáncer que se manifestaba de esa manera y se lo concedí a Dios aceptando toda clase de prueba que se avecinara.
En la siguiente semana acudo a mi cita médica, para conocer los resultados de patología, al momento la doctora me da la noticia que yo ya sabía, diciéndome: “tiene cáncer”, al escuchar lo que me diagnosticaron nuevamente le di gracias a Dios.
Llevo ya un año recibiendo quimioterapias tal y como se diagnosticó, les comparto que nunca he bajado la guardia y sigo disfrutando de la vida con los cuidados que se requieren, ¿pero saben?, soy feliz de estar viva, así mismo recibí veinticinco radioterapias, y sigo disfrutando de la vida, no puedo ocultarles que ciertos efectos que sufre mi cuerpo derivado de las quimioterapias, me hacen sentirme cansada sin ánimos y con dolores de cabeza, pero aun así, jamás me he permitido caer, todo gracias a Dios, porque nunca me soltaré de Él, y porque tengo el apoyo invaluable de mi familia y de un gran ser humano al que quiero y aprecio y que es parte ya de mi familia, y que ha estado conmigo en todo este proceso.