Sobrevive Yolanda al cáncer de mama

Narra su terrible experiencia.

Francisco González

  · jueves 18 de octubre de 2018

En su comentario revela sus experiencia y su gratitud al enfrentar el cáncer. / Foto: Especial

Yolanda actualmente tiene 43 años, y comparte su experiencia contra el cáncer. Hace un año le fue diagnosticado cáncer de mama etapa tres.

En esta entrevista narra su experiencia y su valor para enfrentar la enfermedad.

Desde el momento en que supe de esta enfermedad, vivo con este nuevo huésped en mi cuerpo. Una mañana me despierta un dolor muy intenso en mi seno izquierdo; al tratar de localizar con mi mano el área del dolor me detectó una bolita un poco dura y de tamaño considerable, realmente me asusté por este descubrimiento, por ello es que de manera inmediata decido sacar una cita médica, al estarme explorando la doctora determina que me realizaría unos estudios, para darme un diagnóstico del por qué era esa “bolita”, y así descartar si era cáncer o no.

A los tres días después de la visita con la doctora acudo a realizarme una mastografía; la enfermera que me atiende me realiza las preguntas: ¿Es la primera vez que se realiza una mastografía?, a lo que contesté que sí, es la primera vez, al momento la señorita le lleva los estudios al médico en turno, al regresar me comenta que me realizaran un ultrasonido porque veían algo raro en la mastografía, durante este tiempo la mente y mi imaginación volaron, me dije a mi misma “Tengo cáncer” y se lo consagré Dios, al hacerme el ultrasonido el doctor me dice que no me espante, el ultrasonido es para estar seguro del diagnóstico ya que con la mastografía no era muy clara, al momento determina que me realizara una biopsia para mandarlo a Patología y determinar si es cancerígena o no, el doctor continuaba diciendo usted no se preocupe disfrute de su fin de semana en lo que nos entrega los resultados Patología.

No podemos culpar a estos doctores por no contar con la sensibilidad que se merece este tipo de temas, en ese momento sentí en mi ser la sensación de ese cáncer que se manifestaba de esa manera y se lo concedí a Dios aceptando toda clase de prueba que se avecinara.

En la siguiente semana acudo a mi cita médica, para conocer los resultados de patología, al momento la doctora me da la noticia que yo ya sabía, diciéndome: “tiene cáncer”, al escuchar lo que me diagnosticaron nuevamente le di gracias a Dios.

Para continuar con el procedimiento la ginecóloga me contacta con un oncólogo para que me dé el tratamiento que corresponde a este padecimiento del cáncer, al tener todos los estudios, me informa que debo someterme a una cirugía llamada mastectomía, para retirar la glándula mamaria invadida, y después continuar con las quimioterapias y radioterapias, en todo momento estuve confiada en lo que estaba enfrentando ya que siempre me puse en las manos de Dios.

Llevo ya un año recibiendo quimioterapias tal y como se diagnosticó, les comparto que nunca he bajado la guardia y sigo disfrutando de la vida con los cuidados que se requieren, ¿pero saben?, soy feliz de estar viva, así mismo recibí veinticinco radioterapias, y sigo disfrutando de la vida, no puedo ocultarles que ciertos efectos que sufre mi cuerpo derivado de las quimioterapias, me hacen sentirme cansada sin ánimos y con dolores de cabeza, pero aun así, jamás me he permitido caer, todo gracias a Dios, porque nunca me soltaré de Él, y porque tengo el apoyo invaluable de mi familia y de un gran ser humano al que quiero y aprecio y que es parte ya de mi familia, y que ha estado conmigo en todo este proceso.

Ellos son el pilar para poder convivir con este padecimiento que le han denominado cáncer, el caminar se me ha hecho satisfactorio gracias a ellos, y es por eso que les exhorto a tener un contacto muy estrecho con su familia en todo momento no solamente en la enfermedad, se los comento con gusto enorme de podérselos presentar, estos personajes son los que a diario han visto mi crecimiento, antes, al momento y durante este tratamiento que llevo, como ven no se necesita a nadie más para poder convivir con cualquier tipo de padecimiento, se los comparto con la alegría de poder contar con estos Ángeles Terrenales que Dios me concedió para mi Protección, también les comparto que recibí la visita de una Asociación, estando presentes varios niños con padecimientos de leucemia y otras enfermedades, estos pequeños me inyectaron una energía tan potente por la manera de como ellos conviven con su padecimiento, dándome una enorme lección de vida como ven estoy rodeada de puros ángeles, es por ello que estoy convencida que tengo una labor que cumplir gracias a Dios, porque me eligió a mí para dar testimonio de que se puede llevar una buena relación con el cáncer, también Dios me ha puesto en mi camino otro tipo de Ángeles que me encuentro en las tiendas o en la calle y sin conocerme me identifican y me dan bendiciones.

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