Si bien el tatuaje es parte de una tradición milenaria de las culturas alrededor del mundo, como parte de un ritual, estética, estatus, protección o castigo, actualmente son usados para subrayar la propia identidad, inmortalizar momentos felices o borrar aquellos que no traen recuerdos gratos.
Cada año, en San Valentín u otras fechas, hay parejas que se aventuran a marcar su piel con el nombre o apodo del ser amado, situación que en ocasiones llega a representar un problema para los enamorados que no llegan a tener la unión eterna que los llevó a expresar su amor en el lienzo de su piel, por lo que deben regresar a los estudios a cubrir los diseños que alguna vez representaron el amor y la amistad del uno por el otro.
En este aspecto, artistas del tatuaje concuerdan en que a pesar de no ser una regla escrita, el plasmar el nombre de la pareja no debe realizarse, ya que representa un albur que en muy pocas ocasiones perdura, lo cual señalan es claro ejemplo en el medio artístico.
“Es un volado y todo el mundo sabe que puedes tatuarte lo que quieras, menos el nombre, iniciales u ojos de tu pareja, ahí están los ejemplos de los novios de la Beli (Belinda), un tatuaje es algo muy personal con lo que vas a vivir por toda la vida o al menos hasta que la tinta llegue a desvanecerse en unos 30 o 40 años, de acuerdo con su calidad; en mi opinión, los únicos nombres que merecen ser inmortalizados son los de los padres, hijos o nietos”, compartió Dany Rabbit, conocido tatuador.
En este sentido, el tatuador dijo que en cuestión de cobertura de nombres o diseños existen algunas curiosidades, por ejemplo, que a diferencia de lo que se podría esperar, en su mayoría quienes solicitan este servicio son personas de mediana edad o no tan jóvenes, como se esperaría.
“Me han tocado muy pocos, la verdad, dos o tres a lo mucho, la verdad es un trabajo complicado, sobre todo por los trazos de las letras, son las más difíciles de cubrir; un corazón es fácil, además de que las personas a las que les he trabajado son como de la edad, porque los que se ponen los más chavos a veces son códices y se los llegan a dejar y quienes se tatúan un nombre no, el problema radica en que deben encontrar un diseño y regularmente no es barato, ponle si el puro nombre te salió en unos 800 pesos, cubrirlo sale en más del doble”, explicó.
Aunado a ello, Dany Rabbit mencionó que regularmente quienes se tatúan el nombre de otra persona no suelen ir acompañadas de ellas, ya que, de ser así, habría menos de estos tatuajes que buscan sorprender a las parejas.
“Me han tocado diseños complementarios de parejas que comparten un corazón o elementos como coronas, infinitos, pero de alguien que venga acompañado de la persona de la que se tatúa no, ninguna, alguien que hace eso del nombre y un corazón siempre es según de sorpresa, aunque luego la sorpresa y doble gasto es para ellos”.
Por último, recomendó a los más jóvenes pensar bien el tatuarse o no, así como en diseño que elijan, además de hacerlo con quiénes se dediquen a esto en un estudio, no en tianguis o jardines.
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“A lo mejor pueden tener todo nuevo, pero el entorno no es el de un estudio, quien te tatúa debe usar guantes y cubrebocas, en un espacio limpio para no infectar la herida, porque eso es lo que queda luego de tatuarte, una herida que debes cuidar, hidratar y evitar el polvo o meterte a nadar, de ahí en más piensen lo que se van a poner; si piensan que se lo van a ver a diario con gusto, adelante; si piensan que les va dar pena, mejor no lo hagan”, concluyó.