Salamanca, Gto; Carmen García Contreras, es la mujer mas longeva de Salamanca, esta por cumplir los 104 años de edad y recuerda muchas anécdotas de su vida, con mente lúcida menciona su deseo de seguir viviendo mucho años más y continuar bajo la creencia de la biblia, de Jehová y de su enorme familia que desarrolló con once hijos.

Habitante de la colonia Barrio de San Pedro, doña Carmen nacida un 30 de noviembre de 1914 en la ciudad de Moroleón, Gto., nos permite entrar a su hogar y platicarnos de sus hijos, de su llegada a Salamanca poco tiempo después de que empezó labores la refinería Ing. Antonio M. Amor y de su esposo con mas de tres décadas de fallecido, un hermano que le sobrevive con 97 años de edad, hijos de una familia de longevos y ahora dedicada a la religión testigos de Jehová.

Vive en casa de su hija Rosalba y con algunos de sus nietos, que por cierto no recuerda cuanto son, lo mismo que bisnietos y tataranietos, es dijo, una persona que no está enferma, solo los achaques de la edad, como las degenerativas, vista, oído y huesos, aunque su andar es lento y sostenido del brazo de un acompañante y su bastón.

Con mas de un siglo de existencia, doña Carmen recomienda a su familia vivir con paz, sin rencores y con apego a su religión, la cual le ha servido de compañía tras la muerte de uno de sus hijos, ya que son cuatro los que han fallecido y el resto ya son también de la tercera edad.

Recuerda con toda claridad las fiestas populares, de San Juan, y en cada barrio de Salamanca, siempre presente, su marido tenía el oficio de maestro albañil, lo mismo que sus hijos, quienes desde pequeños ayudaron al sustento del hogar y heredaron ese oficio.

Carmelita García, hija del matrimonio, Epigmenio García y de Natividad Contreras, en su juventud nos comenta que se dedicaba a colocar los adorno a los rebosos, actividad que hacía en Moroleón, después de casó y llego a esta ciudad para establecer su casa en la colonia Guanajuato.

Recuerda como en aquellos años en que llegó a Salamanca, la refinería era pequeña,comparada con la actual, una ciudad que la mayoría estaba dedicada a la actividad del campo, a la descarga me mercancías del ferrocarril, al vestido y el calzado, una ciudad en la que no se conocía la violencia.

Los últimos años dice, sentada, por ratos acostada y con poquito caminar para “no endurecerme” y para que se ejerciten los órganos.

El mensaje que menciona, es que vivan con armonía, con tolerancia y con mucho amos a la familia como a Jehová.