Ante las diversas problemáticas relacionadas con la conservación del tejido social, se determinó que la familia es el eje principal para hacer frente a la violencia y la falta de valores, los cuales se pueden repercuten de otros ambientes como laborales, económicos y formativos, por lo que a través de la dirección de Orientación Familiar se han establecido directrices para atender las áreas de oportunidad.
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En este sentido, Mario Camacho López, director de Orientación Familiar del DIF Municipal, reveló que son diversos factores y problemas los que aquejan a la familia, desde lo laboral del padre y la madre, la economía, hasta la crianza de los hijos.
"Retomar nuestros espacios es algo fundamental para la reconstrucción del tejido social, partiendo de ambientes familiares (...) nosotros damos el taller de crianza positiva y les ayudamos a esta cuestión, también tenemos otros talleres, hacemos convivencias", indicó el funcionario.
El director de Orientación Familiar reveló que se trabaja con diferentes actividades en conjunto con las familias que se acercan a la dependencia, donde se les guía a los padres en mejores enseñanzas para con los hijos y el núcleo familiar.
"A veces se entiende que la forma de crianza tiene que ser asertiva, no de control o intimidante hacía los hijos y es parte de lo que debemos ir trabajando, creo que ese es otro factor que podemos trabajar, aunque a veces es complicado por la misma naturaleza de la vida laboral de los padres y el estrés que este representa de pasar ocho o doce horas trabajando y regresar a casa con la energía para establecer un modelo diferente a lo que se está acostumbrado de autoridad y no tanto convivencia", explicó.
Durante todo el mes de marzo, se realizaron diferentes actividades en el marco del Día de la Familia, donde mamás y papás interactuaron con los hijos a través de diversos juegos y dinámicas, con la intención de generar el vínculo que refuerce la unión entre padres e hijos, de igual manera el organismo continúa implementando estos esquemas para que las familias puedan identificar sus áreas de oportunidad para mejorar su convivencia, a la vez que este resultado será proyectado cómo individuos en la sociedad y en el entorno más próximo en el que se desarrollan, con la finalidad de que estás acciones contribuyan a mejorar la convivencia social y se dé por añadidura una restructuración del tejido social.