Más allá de reducir las emisiones de fuentes contaminantes al medio ambiente, el reto de la transición a energías renovables será revertir los impactos de la actividad industrial en el suelo, aire y agua de Salamanca, que se han presentado en los últimos 30 años.
En este periodo, los proyectos de saneamiento y atención a pasivos fueron dejados de lado, uno a uno, como el derrame de combustibles al cauce del río Lerma, la disposición de lodos tóxicos en el cerro de La Cruz, la contaminación del río Temascatío y la emisión de partículas a la atmósfera a consecuencia de fuentes fijas y móviles.
“Lamentablemente es una transición que tiene un desfase importante de por lo menos 30 años, sin embargo, esperemos que el funcionamiento de esta planta de ciclo combinado se dé ya, se ha hablado mucho en la generación de empleos, de energía, pero en lo que más podría beneficiar a Salamanca es en el medio ambiente”, consideró Rafael Urrutia, de la Asociación Unidos por el Medio Ambiente.
Para la construcción de la central de ciclo combinado, se destinó una inversión de 627.3 millones de dólares por parte del Gobierno Federal, con lo que se busca proyectar a Salamanca como un municipio moderno en la generación de energía, al producir 950 MW, además, de que con ello se tendrán beneficios ambientales, como la disminución de emisiones de CO2 (Dióxido de Carbono) y partículas de azufre, ya que esta planta opera con gas natural en lugar de combustóleo y reemplaza tecnología obsoleta por tecnología de punta, lo que mejorará su eficiencia térmica.
Referente a la reducción de impactos ambientales se ha dicho que mediante el funcionamiento de esta central se reducirán las emisiones de NOx (Óxidos de Nitrógeno), así como el consumo de agua de pozos para su operación, esta modernización permitirá obtener reducción de costos y beneficios ambientales, ya que mejorará la calidad del aire y reducirá el consumo de agua en un 50%.
La tecnología que utilizará estará basada en el uso de gas natural como combustible y vapor de agua, con lo cual la Comisión Federal de Electricidad evitará la emisión de cerca de dos millones de toneladas de CO2 al año y la quema de cerca de 10 millones de barriles de combustóleo, contribuyendo a mejorar la calidad del aire de la ciudad.
Respecto al uso de energías limpias, el ambientalista reconoció el impulso que se ha dado en Salamanca por estar a la vanguardia en uso de estas tecnologías, además del seguimiento a los temas de responsabilidad ambiental y cuidado al medio ambiente.
“Es bueno que se apliquen, pero no hay que dejar de lado que la refinería aún sigue usando combustóleo, que hay descontroles en la Catalítica que causan fumarolas, pero al menos es un pequeño paso, no hay que dejar que se olviden de todo lo demás, las descargas de aguas residuales y con combustible al río Lerma, el socavón de lodos tóxicos de Quidesa, por mencionar algunos”, concluyó.