/ sábado 23 de diciembre de 2017

Entregan autoridades cobijas a instituciones de ayuda

VALLE DE SANTIAGO, GTO.– ¡Llegó Santa Claus! Y lo hizo como ha sucedido desde hace ya cuatro décadas, con su cargamento de cobijas. Una tradición, que no se pierde. Por el contrario, se refuerza gracias al buen corazón de Manuel Granados Guzmán y su esposa, Rocío Ambríz Arredondo quienes ayer, hicieron entrega de cobijas a algunas instituciones de ayuda, dependencias municipales, asilo de ancianos y gente con necesidad.

Una tradición que, si mal no recordamos, comenzó la señora Aída Guzmán (q.e.p.d) y su esposo, Don Manuel Granados Enríquez -a quien deseamos una pronta recuperación- y que ahora continúa, su hijo, Manuel Granados Guzmán, quien heredando el gran espíritu altruista de sus progenitores, sigue ayudando al más necesitado.

Es una tradición, que no busca ningún lucro personal o político. Una tradición que se mantiene, porque todavía en esta época tan convulsionada en la que vivimos, existe generosidad en los corazones de los seres humanos. A los que no les duele desprenderse de lo poco o mucho que Dios en su generosidad, les proporciona para satisfacer las necesidades de los demás.

Y aquí se cumple en aquella sentencia bíblica que reza “más vale dar, que recibir”. Una sentencia que primeramente don Manuel Granados Enríquez y su esposa, la señora Aída Guzmán, cumplieron a la cabalidad. Sin esperar absolutamente nada a cambio. Su mejor pago, puede ver la sonrisa de la gente necesitada y miradas de agradecimiento.

Por ello, es que ahora Manuel Granados Guzmán, continúa con esta tradición. En esta ocasión, estuvo acompañado de su esposa la señora Rocío Ambríz Arredondo y de su hijo Manuel Granados Ambríz, quienes entregaron cobijas para protegerse del frío, tanto en el asilo de ancianos, como las personas que estuvieron acercándose.

Además de algunas instituciones de ayuda, como bomberos, Cruz Roja, protección civil. Y como ha sucedido desde hace ya 40 años, también otras dependencias como el departamento de limpia, parques y jardines, los trabajadores de los cementerios, los trabajadores de los carritos de mano que recolectar la basura y desde luego, personal que labora para el “Jarrón Azul”.

Al ver la exquisitez de la generosidad de esta familia, todavía podemos sentir que existen buenos sentimientos en el corazón de los seres humanos. Y que no todo es malo en la humanidad. Cerramos recordando una frase de Nuestro Señor Jesucristo “Lo que haces con el más pequeño de estos mis hijos, lo haces conmigo”. ¡Dios los bendiga!

VALLE DE SANTIAGO, GTO.– ¡Llegó Santa Claus! Y lo hizo como ha sucedido desde hace ya cuatro décadas, con su cargamento de cobijas. Una tradición, que no se pierde. Por el contrario, se refuerza gracias al buen corazón de Manuel Granados Guzmán y su esposa, Rocío Ambríz Arredondo quienes ayer, hicieron entrega de cobijas a algunas instituciones de ayuda, dependencias municipales, asilo de ancianos y gente con necesidad.

Una tradición que, si mal no recordamos, comenzó la señora Aída Guzmán (q.e.p.d) y su esposo, Don Manuel Granados Enríquez -a quien deseamos una pronta recuperación- y que ahora continúa, su hijo, Manuel Granados Guzmán, quien heredando el gran espíritu altruista de sus progenitores, sigue ayudando al más necesitado.

Es una tradición, que no busca ningún lucro personal o político. Una tradición que se mantiene, porque todavía en esta época tan convulsionada en la que vivimos, existe generosidad en los corazones de los seres humanos. A los que no les duele desprenderse de lo poco o mucho que Dios en su generosidad, les proporciona para satisfacer las necesidades de los demás.

Y aquí se cumple en aquella sentencia bíblica que reza “más vale dar, que recibir”. Una sentencia que primeramente don Manuel Granados Enríquez y su esposa, la señora Aída Guzmán, cumplieron a la cabalidad. Sin esperar absolutamente nada a cambio. Su mejor pago, puede ver la sonrisa de la gente necesitada y miradas de agradecimiento.

Por ello, es que ahora Manuel Granados Guzmán, continúa con esta tradición. En esta ocasión, estuvo acompañado de su esposa la señora Rocío Ambríz Arredondo y de su hijo Manuel Granados Ambríz, quienes entregaron cobijas para protegerse del frío, tanto en el asilo de ancianos, como las personas que estuvieron acercándose.

Además de algunas instituciones de ayuda, como bomberos, Cruz Roja, protección civil. Y como ha sucedido desde hace ya 40 años, también otras dependencias como el departamento de limpia, parques y jardines, los trabajadores de los cementerios, los trabajadores de los carritos de mano que recolectar la basura y desde luego, personal que labora para el “Jarrón Azul”.

Al ver la exquisitez de la generosidad de esta familia, todavía podemos sentir que existen buenos sentimientos en el corazón de los seres humanos. Y que no todo es malo en la humanidad. Cerramos recordando una frase de Nuestro Señor Jesucristo “Lo que haces con el más pequeño de estos mis hijos, lo haces conmigo”. ¡Dios los bendiga!

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