/ lunes 1 de julio de 2024

Nevería Bahía de Valle de Santiago fue un ícono en el municipio

“Nevería Bahía”, la cual se ubicaba en el Portal Morelos y durante 60 años abrió sus puertas para todos los enamorados, los visitantes  y  los turistas

Valle de Santiago, Gto.- Uno de los establecimientos más emblemáticos de Valle de Santiago fue la “Nevería Bahía”, la cual se ubicaba en el Portal Morelos y durante 60 años abrió sus puertas para todos los enamorados, los visitantes y los turistas; actualmente se localiza en el lugar un restaurante propiedad de Rodrigo Baltazar; esta nevería era atendida por su propietario, el señor Juan Manuel Rodríguez Granados, conocido cariñosamente por todos como “El Chino Bahía”.

El cronista de la Ciudad, Sergio Ruiz Aguilera, señaló que es importante recordar el antecedente histórico de este establecimiento, ya que en su juventud, “el Chino Bahía” fue un destacado basquetbolista y en algún tiempo emigró a la ciudad de León donde trabajó en la elaboración de calzado.

Posteriormente, en los años 40 inició con un estanquillo de madera que puso sobre el portal Hidalgo, donde ya era muy conocido por preparar ricas malteadas y preparados de frutas licuadas con hielo; posteriormente quitó el estanquillo y tomó en renta la cantina llamada “La Línea de Fuego”, ubicada en la esquina de Matamoros y Ocampo, donde tiene éxito como cantinero, pues preparaba muy rica botana y como era un gran aficionado a la música, contaba con un buen equipo de sonido y una selección muy extensa de discos con los que complacía hasta el más exigente; incluso, los jóvenes enamorados de aquel tiempo solían contratar los servicios del Chino para llevar serenata a la novia con tocadiscos y bocinas, las cuales eran transportadas en un carrito de mano junto con una escalera que utilizaban para colgarse con un diablito a los cables cercanos a los postes y conectar el aparato de sonido.

En el año de 1951 rentó el local en el Portal Morelos

En el año 1951 traspasó la cantina y rentó el local de la esquina del portal Morelos y calle Carranza frente al Jardín Principal, es ahí donde nace la “Nevería Bahía”, también conocida como la Nevería del Chino Bahía; cinco años después, en el año de 1956, se inaugura el Teatro Montes y el Chino pensó que el moderno y novedoso cine podría traerle más clientela a su nevería y decidió cambiarse a un local ubicado a un costado del nuevo cine, solo que el cambio no generó el éxito deseado y regresó nuevamente al mismo local del portal Morelos, donde lo encontró con algunas modificaciones, pues ya se ha cambiado el techo del portal que se encontraba en mal estado y se habían modificado las dos antiguas puertas de acceso, por dos cortinas metálicas.

El Cronista de la Ciudad recordó que es importante destacar que esta nevería tenía un estilo hermoso, con decoración de los años 50, pues al interior tenía aquellos clásicos sillones de época que se utilizaban en las fuentes de sodas en los Estados Unidos, al exterior bajo el portal, se instalaban ocho o nueve mesas de la Pepsi Cola con sus cuatro respectivos banquitos de madera, también contaba con un tapanco ( incluso se conserva) con mesas y sillas, en esta fuente de sodas atendían a la clientela dos o tres meseras que portaban uniforme en color verde tenue, siempre con su delantal blanco impecable y un pequeño tocado de tela bordado en la cabeza, el mostrador era de madera vistosamente iluminado con barras fluorescentes y pintado en un tono de verde, donde se exhibían los mejores dulces y los chocolates más finos que había en el pueblo.

“Además a un costado sobre el otro mostrador estaban los clásicos exhibidores redondos de cristal con una gran variedad de galletas finas y las clásicas batidoras chocomileras, mis recuerdos de niño a principios de los 70, como ejemplo: Ese mostrador luminoso me emocionaba por lo colorido de su contenido, pues había pipas de chocolate, botellitas de azúcar rellenas con licor o baloncitos de futbol americano o soccer de chocolate con relleno y vistosas envolturas y una gran variedad de dulces de reconocidas marcas como los famosos chocolates Larín, Carlos V, Pastillas Halls, Salvavidas, Lunetas, Chiclets Adams, cigarros de chocolate” recordó Sergio Ruiz.

El Cronista de la ciudad de Valle de Santiago contó que cada domingo después de salir de misa de a las siete de la noche en la Parroquia de Santiago Apóstol, pasaba con su tía abuela al mostrador de esta nevería donde se compraba algún dulce, aunque las pipas de chocolate siempre fueron sus favoritas.

Otro elemento importante que tenía la nevería era el equipo de sonido y su gran colección de discos, pues sin temor a equivocarse tenía la compilación de discos más grande de Valle de Santiago.

Otro detalle que recordó Ruiz Aguilera era que el chino alquilaba el teléfono para hacer o recibir alguna llamada. Esta nevería género tantas historias que llegaron a estar sentados conversando entre sus mesas, personajes como Lola Beltrán, Alfredo Leal, Juan Silveti, Antonio Aguilar, Flor Silvestre, Leo Dan, Pedro Ferriz, Harry Moller y el escritor español J.J. Benítez. Desde siempre, la “Nevería Bahía” fue el centro de reunión por excelencia en Valle de Santiago, donde era habitual departir tomando un café con los amigos teniendo como fondo el bello Jardín Principal y la majestuosa Parroquia de Santiago Apóstol.

Fue una nevería de enamorados, pues pasaron dos generaciones a lo largo de sus más de 60 años de existencia, donde los novios eran asiduos asistentes a este novedosa nevería, sobre todo los sábados y los domingos, donde la carta de esta fuente de sodas llegaba a ser tan variada, que podías encontrar en este establecimiento, malteadas, café, té, helados de sabores, fresas con crema, tres marías con galletas de nieve, helado flotante de vainilla, sándwich calientes y refrescos que solo encontrabas en esta nevería como el Delaware Punch, las Chaparritas El Naranjo y la Sangría Señorial o podías pedir un Squirt para degustarlo con limón y sal.

En los años ochenta, lo más “chic” era pedir un preparado de fresa y unas papas Sabritas con limón y salsa Búfalo o un café con galletas finas. “Conozco personas que tienen más de 60 años de casados que se conocieron siendo jóvenes en esta nevería, es increíble la cantidad de historias y vivencias de camaradería, de amistad, de amor y posiblemente de desamor que quedaron registradas en la memoria colectiva de este establecimiento”.

La Nevería Bahía fue uno de esos establecimientos icónicos que tienen los pequeños pueblos provincianos y que nuestro querido Chino Bahía, fue uno de esos personajes inolvidables que marcaron toda una época en la vida cotidiana y social de Valle de Santiago y que vivirá en el recuerdo nostálgico de quienes conocieron ese Valle tradicional y tranquilo que hoy añoran tan bellas épocas del pasado.

Valle de Santiago, Gto.- Uno de los establecimientos más emblemáticos de Valle de Santiago fue la “Nevería Bahía”, la cual se ubicaba en el Portal Morelos y durante 60 años abrió sus puertas para todos los enamorados, los visitantes y los turistas; actualmente se localiza en el lugar un restaurante propiedad de Rodrigo Baltazar; esta nevería era atendida por su propietario, el señor Juan Manuel Rodríguez Granados, conocido cariñosamente por todos como “El Chino Bahía”.

El cronista de la Ciudad, Sergio Ruiz Aguilera, señaló que es importante recordar el antecedente histórico de este establecimiento, ya que en su juventud, “el Chino Bahía” fue un destacado basquetbolista y en algún tiempo emigró a la ciudad de León donde trabajó en la elaboración de calzado.

Posteriormente, en los años 40 inició con un estanquillo de madera que puso sobre el portal Hidalgo, donde ya era muy conocido por preparar ricas malteadas y preparados de frutas licuadas con hielo; posteriormente quitó el estanquillo y tomó en renta la cantina llamada “La Línea de Fuego”, ubicada en la esquina de Matamoros y Ocampo, donde tiene éxito como cantinero, pues preparaba muy rica botana y como era un gran aficionado a la música, contaba con un buen equipo de sonido y una selección muy extensa de discos con los que complacía hasta el más exigente; incluso, los jóvenes enamorados de aquel tiempo solían contratar los servicios del Chino para llevar serenata a la novia con tocadiscos y bocinas, las cuales eran transportadas en un carrito de mano junto con una escalera que utilizaban para colgarse con un diablito a los cables cercanos a los postes y conectar el aparato de sonido.

En el año de 1951 rentó el local en el Portal Morelos

En el año 1951 traspasó la cantina y rentó el local de la esquina del portal Morelos y calle Carranza frente al Jardín Principal, es ahí donde nace la “Nevería Bahía”, también conocida como la Nevería del Chino Bahía; cinco años después, en el año de 1956, se inaugura el Teatro Montes y el Chino pensó que el moderno y novedoso cine podría traerle más clientela a su nevería y decidió cambiarse a un local ubicado a un costado del nuevo cine, solo que el cambio no generó el éxito deseado y regresó nuevamente al mismo local del portal Morelos, donde lo encontró con algunas modificaciones, pues ya se ha cambiado el techo del portal que se encontraba en mal estado y se habían modificado las dos antiguas puertas de acceso, por dos cortinas metálicas.

El Cronista de la Ciudad recordó que es importante destacar que esta nevería tenía un estilo hermoso, con decoración de los años 50, pues al interior tenía aquellos clásicos sillones de época que se utilizaban en las fuentes de sodas en los Estados Unidos, al exterior bajo el portal, se instalaban ocho o nueve mesas de la Pepsi Cola con sus cuatro respectivos banquitos de madera, también contaba con un tapanco ( incluso se conserva) con mesas y sillas, en esta fuente de sodas atendían a la clientela dos o tres meseras que portaban uniforme en color verde tenue, siempre con su delantal blanco impecable y un pequeño tocado de tela bordado en la cabeza, el mostrador era de madera vistosamente iluminado con barras fluorescentes y pintado en un tono de verde, donde se exhibían los mejores dulces y los chocolates más finos que había en el pueblo.

“Además a un costado sobre el otro mostrador estaban los clásicos exhibidores redondos de cristal con una gran variedad de galletas finas y las clásicas batidoras chocomileras, mis recuerdos de niño a principios de los 70, como ejemplo: Ese mostrador luminoso me emocionaba por lo colorido de su contenido, pues había pipas de chocolate, botellitas de azúcar rellenas con licor o baloncitos de futbol americano o soccer de chocolate con relleno y vistosas envolturas y una gran variedad de dulces de reconocidas marcas como los famosos chocolates Larín, Carlos V, Pastillas Halls, Salvavidas, Lunetas, Chiclets Adams, cigarros de chocolate” recordó Sergio Ruiz.

El Cronista de la ciudad de Valle de Santiago contó que cada domingo después de salir de misa de a las siete de la noche en la Parroquia de Santiago Apóstol, pasaba con su tía abuela al mostrador de esta nevería donde se compraba algún dulce, aunque las pipas de chocolate siempre fueron sus favoritas.

Otro elemento importante que tenía la nevería era el equipo de sonido y su gran colección de discos, pues sin temor a equivocarse tenía la compilación de discos más grande de Valle de Santiago.

Otro detalle que recordó Ruiz Aguilera era que el chino alquilaba el teléfono para hacer o recibir alguna llamada. Esta nevería género tantas historias que llegaron a estar sentados conversando entre sus mesas, personajes como Lola Beltrán, Alfredo Leal, Juan Silveti, Antonio Aguilar, Flor Silvestre, Leo Dan, Pedro Ferriz, Harry Moller y el escritor español J.J. Benítez. Desde siempre, la “Nevería Bahía” fue el centro de reunión por excelencia en Valle de Santiago, donde era habitual departir tomando un café con los amigos teniendo como fondo el bello Jardín Principal y la majestuosa Parroquia de Santiago Apóstol.

Fue una nevería de enamorados, pues pasaron dos generaciones a lo largo de sus más de 60 años de existencia, donde los novios eran asiduos asistentes a este novedosa nevería, sobre todo los sábados y los domingos, donde la carta de esta fuente de sodas llegaba a ser tan variada, que podías encontrar en este establecimiento, malteadas, café, té, helados de sabores, fresas con crema, tres marías con galletas de nieve, helado flotante de vainilla, sándwich calientes y refrescos que solo encontrabas en esta nevería como el Delaware Punch, las Chaparritas El Naranjo y la Sangría Señorial o podías pedir un Squirt para degustarlo con limón y sal.

En los años ochenta, lo más “chic” era pedir un preparado de fresa y unas papas Sabritas con limón y salsa Búfalo o un café con galletas finas. “Conozco personas que tienen más de 60 años de casados que se conocieron siendo jóvenes en esta nevería, es increíble la cantidad de historias y vivencias de camaradería, de amistad, de amor y posiblemente de desamor que quedaron registradas en la memoria colectiva de este establecimiento”.

La Nevería Bahía fue uno de esos establecimientos icónicos que tienen los pequeños pueblos provincianos y que nuestro querido Chino Bahía, fue uno de esos personajes inolvidables que marcaron toda una época en la vida cotidiana y social de Valle de Santiago y que vivirá en el recuerdo nostálgico de quienes conocieron ese Valle tradicional y tranquilo que hoy añoran tan bellas épocas del pasado.

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