/ domingo 27 de agosto de 2017

Adelanto del nuevo libro de Isabel Arvide y Claudia Guerrero

Retoman el sonado caso de la exprimera dama de Veracruz Karime Macías

En este libro de reciente aparición, las periodistas Isabel Arvide y Claudia Guerrero retoman el sonado caso de la exprimera dama de Veracruz Karime Macías, y de otras esposas de gobernadores de Baja California, Morelos, Tabasco y Oaxaca, para mostrar la exacerbada ambición y la impunidad que las ha caracterizado como un ejemplo que, desafortunadamente para los mexicanos, no son únicos.

Como una cortesía de Grupo Planeta México, presentamos un extracto del libro.

Capítulo dos 

¿La ambición de una provinciana encumbrada a un poder que no le correspondía?

Es una explicación muy simple.

Karime Macías Tubilla se erige como la gran villana de la corrupción en Veracruz a través, obviamente, de su marido.

¿Es que todas las mujeres se convierten en protagonistas por medio de «sus hombres»? La realidad es que no hubiera podido tender su gran red de corrupción si Javier Duarte no hubiese sido electo gobernador.

¿Destino que es fatalidad? No, definitivamente. En Karime todo es voluntad. Una inmensa voluntad para controlar, para comerse el mundo, para convertirse en dueña de la atención, hasta para construir un personaje totalmente alejado de su propia historia con las monjas.

Karime es hija de un padre volátil, que suele fracasar, que se tropieza con sus propios pasos, que un día es poderoso y otro está a punto de ir a la cárcel. Y, que, según sus propias palabras, se saca en la lotería 50 millones de pesos.

Karime es hija de una madre educada en la tradición libanesa de la obediencia, que fue maltratada, que tal vez ni siquiera se dio cuenta de que la forma en que era tratada por su marido, Jesús Antonio, era, justamente, un maltrato.

Infancia que es destino.

 

(…)

Karime Macías Tubilla y Javier Duarte de Ochoa iniciaron su noviazgo en la década de 1990, y su presencia en eventos sociales quedó registrada en fotografías periodísticas de aquellos años. Algunas veces aparecían acompañados por Brenda Tubilla Muñoz, prima de Karime, quien, con los años, se convertiría en la operadora de lucrativos negocios desde la administración estatal y se volvería parte fundamental de la trama de corrupción de la pareja. Aquellas fotografías, en las que también figuraban amigos de la época, reflejan los tiempos duros de Duarte, quien quería ser aceptado en el círculo de la sociedad porteña de la mano de Karime, su mayor protectora, que lo arropaba con el cariño que años después se pondría a prueba.

Karime es hija de Jesús Antonio Macías Yazegey y María Virginia Yazmín Tubilla Letayf. Nació en Coatzacoalcos y estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México. Cursó después una maestría y el doctorado en Asistencia Social en la Universidad Complutense, en Madrid, España. Si se busca el registro de su cédula profesional, aparece el de la licenciatura con el número 3457603, expedida en 2001. Javier Duarte y Karime iniciaron su noviazgo cuando estudiaban en la universidad y se casaron años después, procreando tres hijos: Javier, Carolina y Emilio, este último nació durante la administración de Duarte como gobernador de Veracruz.

 

(…)

Después de las elecciones del 5 de junio de 2016 en Veracruz, la filtración de informes y documentos sobre desvíos de recursos en beneficio de la familia de Karime y el clan Tubilla se hizo viral y permitió conocer la inmensa riqueza de sus integrantes.

La Procuraduría General de la República pidió informes a la Dirección General de Catastro del Estado de Veracruz sobre las propiedades de los integrantes de dicha familia y del resto de los implicados en la red de corrupción. La respuesta de la dependencia fue que los indagados no contaban con propiedades adquiridas durante el sexenio de Javier Duarte. Días después, al hacerse públicas las pruebas del sinnúmero de propiedades a nombre de la familia Tubilla adquiridas en los últimos años, se puso en evidencia la falsedad de la declaración del titular del Catastro, Domingo Yorio Saqui, quien se convertiría en investigado e indiciado por la PGR.

En la misma época, y respecto a las investigaciones federales que involucraron a la Dirección General de Catastro, la PGR pidió al director del Registro Civil, Rafael Valverde Elías, informes concretos —que fueron filtrados y publicados en exclusiva por la autora de estas líneas— sobre las actas de nacimiento de los Tubilla, así como cambios de nombre, regímenes conyugales y defunciones. La razón primordial era detectar las actas de nacimiento y de defunción falsas que sirvieron para constituir y disolver sociedades empresariales. Durante la administración de Javier Duarte fue constante el cambio de régimen conyugal entre sus allegados, para así blanquear fortunas.

En julio de 2016 la procuradora general de la República, Arely Gómez, envió con carácter de urgente y confidencial el oficio DGCYV/0994/2016, en el que pidió informes sobre las propiedades de Javier Duarte, Karime Macías y 69 investigados, entre ellos todos los integrantes de la familia Tubilla: su hermana, Mónica Ghihan Macías Tubilla; su madre, María Virginia Yazmín Tubilla Letayf; su cuñado, José Armando Rodríguez Ayache; los primos, Jorge Fernando Ramírez Tubilla —quien había renunciado dos meses antes a Sefiplan—, Corsi Tubilla Letayf y Córsica Alejandra Ramírez Tubilla.

A través de otro oficio, con número CHI-II-052/2016, Roberto Rojas Esquivel, titular de la Agencia Segunda Investigadora de la Unidad de Investigación y Litigación, le pidió al director del Registro Civil del Estado de Veracruz copias certificadas de las actas de nacimiento y matrimonio de las personas que a continuación se enumeran: Javier Duarte de Ochoa, Cecilia de Ochoa Guasti, Daniel Duarte de Ochoa, Karime Macías Tubilla, María Virginia Yazmín Tubilla Letayf, Corsi Tubilla Letayf, Mónica Ghihan Macías Tubilla, José Armando Rodríguez Ayache, Córsica Alejandra Ramírez Tubilla, Lucía Letayf Barroso, Jorge Fernando Ramírez Tubilla, Óscar Aguilar Galindo, José Antonio Chara Mansur Beltrán, José Manuel Ruiz Falcón, Octavio Jaime Ruiz Barroso, Gerardo Bonilla Suárez, David Alejandro, Moisés Mansur Cysneiros, José Juan Jainero Rodríguez, Rafael Gerardo Rosas Bocardo, Alejandra Ruiz Ocampo, José Antonio Chara Mansur Beltrán, José Antonio Bandín Ruiz, Mónica Babayan Canal, Mario Rosales Mora, Alfonso Ortega López, Iñaki Negrete González, Lucía Patricia Beltrán Sánchez, Mónica Patricia Mansur Beltrán, Jean Paul Mansur Beltrán, Pablo Héctor Ojeda Cárdenas, Nessim Mansur Cohen, José Antonio Mansur Galán y Lucía Patricia Beltrán Sánchez.

Dicho documento era de carácter confidencial, pues su contenido no podía ser divulgado para salvaguardar la investigación. Y dicha condición fue respetada por Rafael Valverde Elías, el que, como titular del Registro Civil, facilitó toda la información requerida a la PGR, provocando con ello la rabia de Javier Duarte.

Valverde Elías, al recibir la petición de la PGR ordenó a sus subordinados emitir todas las actas de nacimiento, matrimonio, cambio de régimen conyugal y defunción de las personas involucradas en la investigación, las entregó al órgano investigador federal y después informó de ello al gobernador de Veracruz. El enojo de Duarte no se hizo esperar y Valverde Elías presentó su renuncia al cargo que había desempeñado por 16 años.

La metamorfosis de Karime Macías queda evidenciada en una fotografía de 2005 —publicada en mayo de 2016— en la que aparece con Duarte. En ella se ve a una pareja cuya ropa y estilo están lejos de lo que ostentarían años después. Dicha pareja, entonces ajena a su futuro, se transformó en el matrimonio más odiado y denostado en las redes sociales, y fue señalada como la principal culpable de la peor administración estatal de la que se tenga memoria en la historia de Veracruz.

Javier Duarte y Karime se despacharon con la «cuchara grande», permitiendo la corrupción de familiares y amigos cercanos, a quienes dejaron administrar importantes dependencias estatales y enriquecerse con el dinero de los veracruzanos. Padres, hermanos, primos, primas, esposos y esposas, así como amigos de dudosa reputación, cuentan ahora con fortunas incalculables.

La abundancia en la familia Tubilla no tuvo límites. Tal vez la frase de Karime Macías plasmada en su agenda Mont Blanc: «Sí merezco abundancia», se contagió a sus parientes.

¿Cómo se crece en un pueblo del sureste donde el calor es infernal y lo mejor que puede pasar son los petroleros; donde la playa es un basurero sin remedio; donde la vida social no pasa de los mismos personajes, y la “luna de plata” es de petróleo?

La historia de Salma Hayek es parecida. Idéntico origen de los abuelos. Aunque difiere en la estabilidad familiar. Y en la belleza que la marca desde pequeña. Salma construye su futuro con inteligencia desde el primer instante en que quiso dejar Coatzacoalcos, con su puente que ya no es levadizo, con su clima desalmado que se equilibra en los 40 grados a la sombra.

Cuando llegó el momento para Karime de “estudiar”, ya las bonitas se habían ido de ese pueblo que parece trazado sin sentido, con cuestas empinadas en medio de la nada, con vendedores de piguas en las esquinas y cierto olor a podrido.

¿Quiénes quieren vivir en Coatzacoalcos? Además de los petroleros.

¿Era lo suficientemente bonita? No lo parece; no a juzgar por las fotografías en las que va de un esquema de «corrección» —tipo salón de belleza de Polanco— a un desaliño muy hippie para su posición. Los dientes algo salidos, delgada, no muy alta, ni rubia ni morena, simple. Y la nariz, grande, desproporcionada… que tanto la acomplejaba.

Ese era el peor de sus retos. Ser simplemente simple. Ni fu ni fa.

Con suéteres demasiado abrigados, con sus muslos no lo suficientemente delgados por la equitación, que nunca abandonó; niña que se sueña rica a perpetuidad, con un gesto de temor que es muy fácil de imaginar a la distancia, Karime llegó a la Universidad

Iberoamericana.

Fragmento del libro Sí merezco abundancia, de Isabel Arvide y Claudia Guerrero, publicado en el sello temas´de hoy. ©2017. Cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México.

En este libro de reciente aparición, las periodistas Isabel Arvide y Claudia Guerrero retoman el sonado caso de la exprimera dama de Veracruz Karime Macías, y de otras esposas de gobernadores de Baja California, Morelos, Tabasco y Oaxaca, para mostrar la exacerbada ambición y la impunidad que las ha caracterizado como un ejemplo que, desafortunadamente para los mexicanos, no son únicos.

Como una cortesía de Grupo Planeta México, presentamos un extracto del libro.

Capítulo dos 

¿La ambición de una provinciana encumbrada a un poder que no le correspondía?

Es una explicación muy simple.

Karime Macías Tubilla se erige como la gran villana de la corrupción en Veracruz a través, obviamente, de su marido.

¿Es que todas las mujeres se convierten en protagonistas por medio de «sus hombres»? La realidad es que no hubiera podido tender su gran red de corrupción si Javier Duarte no hubiese sido electo gobernador.

¿Destino que es fatalidad? No, definitivamente. En Karime todo es voluntad. Una inmensa voluntad para controlar, para comerse el mundo, para convertirse en dueña de la atención, hasta para construir un personaje totalmente alejado de su propia historia con las monjas.

Karime es hija de un padre volátil, que suele fracasar, que se tropieza con sus propios pasos, que un día es poderoso y otro está a punto de ir a la cárcel. Y, que, según sus propias palabras, se saca en la lotería 50 millones de pesos.

Karime es hija de una madre educada en la tradición libanesa de la obediencia, que fue maltratada, que tal vez ni siquiera se dio cuenta de que la forma en que era tratada por su marido, Jesús Antonio, era, justamente, un maltrato.

Infancia que es destino.

 

(…)

Karime Macías Tubilla y Javier Duarte de Ochoa iniciaron su noviazgo en la década de 1990, y su presencia en eventos sociales quedó registrada en fotografías periodísticas de aquellos años. Algunas veces aparecían acompañados por Brenda Tubilla Muñoz, prima de Karime, quien, con los años, se convertiría en la operadora de lucrativos negocios desde la administración estatal y se volvería parte fundamental de la trama de corrupción de la pareja. Aquellas fotografías, en las que también figuraban amigos de la época, reflejan los tiempos duros de Duarte, quien quería ser aceptado en el círculo de la sociedad porteña de la mano de Karime, su mayor protectora, que lo arropaba con el cariño que años después se pondría a prueba.

Karime es hija de Jesús Antonio Macías Yazegey y María Virginia Yazmín Tubilla Letayf. Nació en Coatzacoalcos y estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México. Cursó después una maestría y el doctorado en Asistencia Social en la Universidad Complutense, en Madrid, España. Si se busca el registro de su cédula profesional, aparece el de la licenciatura con el número 3457603, expedida en 2001. Javier Duarte y Karime iniciaron su noviazgo cuando estudiaban en la universidad y se casaron años después, procreando tres hijos: Javier, Carolina y Emilio, este último nació durante la administración de Duarte como gobernador de Veracruz.

 

(…)

Después de las elecciones del 5 de junio de 2016 en Veracruz, la filtración de informes y documentos sobre desvíos de recursos en beneficio de la familia de Karime y el clan Tubilla se hizo viral y permitió conocer la inmensa riqueza de sus integrantes.

La Procuraduría General de la República pidió informes a la Dirección General de Catastro del Estado de Veracruz sobre las propiedades de los integrantes de dicha familia y del resto de los implicados en la red de corrupción. La respuesta de la dependencia fue que los indagados no contaban con propiedades adquiridas durante el sexenio de Javier Duarte. Días después, al hacerse públicas las pruebas del sinnúmero de propiedades a nombre de la familia Tubilla adquiridas en los últimos años, se puso en evidencia la falsedad de la declaración del titular del Catastro, Domingo Yorio Saqui, quien se convertiría en investigado e indiciado por la PGR.

En la misma época, y respecto a las investigaciones federales que involucraron a la Dirección General de Catastro, la PGR pidió al director del Registro Civil, Rafael Valverde Elías, informes concretos —que fueron filtrados y publicados en exclusiva por la autora de estas líneas— sobre las actas de nacimiento de los Tubilla, así como cambios de nombre, regímenes conyugales y defunciones. La razón primordial era detectar las actas de nacimiento y de defunción falsas que sirvieron para constituir y disolver sociedades empresariales. Durante la administración de Javier Duarte fue constante el cambio de régimen conyugal entre sus allegados, para así blanquear fortunas.

En julio de 2016 la procuradora general de la República, Arely Gómez, envió con carácter de urgente y confidencial el oficio DGCYV/0994/2016, en el que pidió informes sobre las propiedades de Javier Duarte, Karime Macías y 69 investigados, entre ellos todos los integrantes de la familia Tubilla: su hermana, Mónica Ghihan Macías Tubilla; su madre, María Virginia Yazmín Tubilla Letayf; su cuñado, José Armando Rodríguez Ayache; los primos, Jorge Fernando Ramírez Tubilla —quien había renunciado dos meses antes a Sefiplan—, Corsi Tubilla Letayf y Córsica Alejandra Ramírez Tubilla.

A través de otro oficio, con número CHI-II-052/2016, Roberto Rojas Esquivel, titular de la Agencia Segunda Investigadora de la Unidad de Investigación y Litigación, le pidió al director del Registro Civil del Estado de Veracruz copias certificadas de las actas de nacimiento y matrimonio de las personas que a continuación se enumeran: Javier Duarte de Ochoa, Cecilia de Ochoa Guasti, Daniel Duarte de Ochoa, Karime Macías Tubilla, María Virginia Yazmín Tubilla Letayf, Corsi Tubilla Letayf, Mónica Ghihan Macías Tubilla, José Armando Rodríguez Ayache, Córsica Alejandra Ramírez Tubilla, Lucía Letayf Barroso, Jorge Fernando Ramírez Tubilla, Óscar Aguilar Galindo, José Antonio Chara Mansur Beltrán, José Manuel Ruiz Falcón, Octavio Jaime Ruiz Barroso, Gerardo Bonilla Suárez, David Alejandro, Moisés Mansur Cysneiros, José Juan Jainero Rodríguez, Rafael Gerardo Rosas Bocardo, Alejandra Ruiz Ocampo, José Antonio Chara Mansur Beltrán, José Antonio Bandín Ruiz, Mónica Babayan Canal, Mario Rosales Mora, Alfonso Ortega López, Iñaki Negrete González, Lucía Patricia Beltrán Sánchez, Mónica Patricia Mansur Beltrán, Jean Paul Mansur Beltrán, Pablo Héctor Ojeda Cárdenas, Nessim Mansur Cohen, José Antonio Mansur Galán y Lucía Patricia Beltrán Sánchez.

Dicho documento era de carácter confidencial, pues su contenido no podía ser divulgado para salvaguardar la investigación. Y dicha condición fue respetada por Rafael Valverde Elías, el que, como titular del Registro Civil, facilitó toda la información requerida a la PGR, provocando con ello la rabia de Javier Duarte.

Valverde Elías, al recibir la petición de la PGR ordenó a sus subordinados emitir todas las actas de nacimiento, matrimonio, cambio de régimen conyugal y defunción de las personas involucradas en la investigación, las entregó al órgano investigador federal y después informó de ello al gobernador de Veracruz. El enojo de Duarte no se hizo esperar y Valverde Elías presentó su renuncia al cargo que había desempeñado por 16 años.

La metamorfosis de Karime Macías queda evidenciada en una fotografía de 2005 —publicada en mayo de 2016— en la que aparece con Duarte. En ella se ve a una pareja cuya ropa y estilo están lejos de lo que ostentarían años después. Dicha pareja, entonces ajena a su futuro, se transformó en el matrimonio más odiado y denostado en las redes sociales, y fue señalada como la principal culpable de la peor administración estatal de la que se tenga memoria en la historia de Veracruz.

Javier Duarte y Karime se despacharon con la «cuchara grande», permitiendo la corrupción de familiares y amigos cercanos, a quienes dejaron administrar importantes dependencias estatales y enriquecerse con el dinero de los veracruzanos. Padres, hermanos, primos, primas, esposos y esposas, así como amigos de dudosa reputación, cuentan ahora con fortunas incalculables.

La abundancia en la familia Tubilla no tuvo límites. Tal vez la frase de Karime Macías plasmada en su agenda Mont Blanc: «Sí merezco abundancia», se contagió a sus parientes.

¿Cómo se crece en un pueblo del sureste donde el calor es infernal y lo mejor que puede pasar son los petroleros; donde la playa es un basurero sin remedio; donde la vida social no pasa de los mismos personajes, y la “luna de plata” es de petróleo?

La historia de Salma Hayek es parecida. Idéntico origen de los abuelos. Aunque difiere en la estabilidad familiar. Y en la belleza que la marca desde pequeña. Salma construye su futuro con inteligencia desde el primer instante en que quiso dejar Coatzacoalcos, con su puente que ya no es levadizo, con su clima desalmado que se equilibra en los 40 grados a la sombra.

Cuando llegó el momento para Karime de “estudiar”, ya las bonitas se habían ido de ese pueblo que parece trazado sin sentido, con cuestas empinadas en medio de la nada, con vendedores de piguas en las esquinas y cierto olor a podrido.

¿Quiénes quieren vivir en Coatzacoalcos? Además de los petroleros.

¿Era lo suficientemente bonita? No lo parece; no a juzgar por las fotografías en las que va de un esquema de «corrección» —tipo salón de belleza de Polanco— a un desaliño muy hippie para su posición. Los dientes algo salidos, delgada, no muy alta, ni rubia ni morena, simple. Y la nariz, grande, desproporcionada… que tanto la acomplejaba.

Ese era el peor de sus retos. Ser simplemente simple. Ni fu ni fa.

Con suéteres demasiado abrigados, con sus muslos no lo suficientemente delgados por la equitación, que nunca abandonó; niña que se sueña rica a perpetuidad, con un gesto de temor que es muy fácil de imaginar a la distancia, Karime llegó a la Universidad

Iberoamericana.

Fragmento del libro Sí merezco abundancia, de Isabel Arvide y Claudia Guerrero, publicado en el sello temas´de hoy. ©2017. Cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México.

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