/ lunes 7 de junio de 2021

Morena pierde fuerza en Cámara de Diputados

El Conteo Rápido del INE proyecta que el partido del Presidente y aliados no obtengan mayoría calificada

Tras la elección intermedia de ayer, una cosa es clara: aunque Morena se mantendrá como la primera fuerza política en la Cámara de Diputados, el presidente Andrés Manuel López Obrador no podrá irse por la libre en la segunda mitad de su sexenio para continuar con su Cuarta Transformación y tendrá que negociar con la oposición si quiere hacer modificaciones a la Carta Magna.

De acuerdo con los resultados del Conteo Rápido con las tendencias del voto para la conformación de la nueva Cámara de Diputados, el partido del primer mandatario no alcanzaría la mayoría absoluta de 251 legisladores por sí solo, ni en el mejor de los escenarios, y su alianza con el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) quedaría a por lo menos 42 curules de conseguir la mayoría calificada de 334 necesaria para cambiar la Constitución.

➡️ Morena y aliados acaparan distritos electorales en Edomex en primeros resultados

Al punto de las 11 de la noche de ayer, Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), dio a conocer los resultados del Conteo Rápido que da a Morena entre 190 y 203 legisladores; al PT, entre 35 y 41, y al PVEM, entre 40 y 48. En total, los tres partidos tendrían una fuerza de entre 265 y 292 diputados federales.

Del lado del bloque opositor, el Partido Acción Nacional (PAN) ganaría entre 106 y 117 curules; el de la Revolución Democrática (PRD), entre 12 y 21, y el Revolucionario Institucional (PRI), entre 63 y 75.

El pasado 24 de mayo, estas tres fuerzas políticas firmaron un pacto para llevar su alianza más allá de la arena electoral y conformar una coalición legislativa que sirva de contrapeso al Gobierno federal.

Movimiento Ciudadano, que durante la primera mitad de la Cuatroté se opuso a varias de las reformas aprobadas por Morena y sus aliados, estaría obteniendo entre 20 y 27 asientos en la conformación del próximo Congreso de la Unión.

Por su parte, el Partido Encuentro Solidario (PES) podría quedarse un máximo de seis escaños si es que la votación le da para conservar el registro. Mientras que Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas perderían el registro, y no tendrían diputados, al no conseguir el tres por ciento de la votación.

Las proyecciones del INE tampoco vislumbran diputaciones para algún candidato independiente.

El Conteo Rápido es un ejercicio estadístico que permite calcular con máxima precisión las estimaciones de las tendencias del voto, aunque no son los resultados oficiales. Estos últimos se darán a conocer luego de que se computen los votos distritales, lo que sucederá entre el 9 y 12 de junio.

En porcentaje de votación, Morena obtuvo entre 34.9 y 35.8 por ciento de los sufragios para la elección de diputados federales, repitiendo como la primera fuerza del Congreso. En segundo lugar está el PAN, con entre 18.5 y 19.3 por ciento de los votos y en tercero está el PRI, con un rango de entre 17.8 y 18.5 por ciento.

En contraste, en 2018, cuando fue la elección presidencial que llevó a López Obrador al poder, el partido guinda había conseguido 37.2 por ciento de los votos, Acción Nacional 17.9 por ciento y el Revolucionario Institucional 16.6 por ciento.

La participación durante la jornada electoral de ayer fue de entre 51.7 y 52.5 por ciento, añadió el presidente del INE. Esto significa que la participación fue más alta que en las últimas tres elecciones federales intermedias –las de 2003, 2009 y 2015–, cuando la votaron 41.32, 44.76 y 47.72 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, respectivamente.

NUEVA COMPOSICIÓN

Hace tres años, con el arrastre que tuvo Andrés Manuel López Obrador, Morena alcanzó 191 escaños en la Cámara baja, y sus aliados, el PT y el PES, lograron 61 y 56 curules respectivamente. Esto les permitió superar la mayoría absoluta (de 251 diputados) requerida para aprobar presupuestos y crear o modificar leyes, mas no para cambiar la Constitución.

Para este último propósito necesitaban la mayoría calificada de dos tercios de la Cámara, pero se quedaron a 26 escaños de lograrlo.

Con el paso de los meses, el PVEM decidió sumarse a la Cuatroté, legisladores de otros partidos se pasaron al grupo en el poder y comenzó una serie de intercambios de diputados entre los partidos de la coalición oficialista que terminó inflando a Morena, dándole mayoría absoluta por sí sola.

En la actual legislatura Morena cuenta con 253 diputados federales, más de la mitad del Congreso, pese a que en 2018 sólo había obtenido 37 por ciento de la votación. Sus aliados del PT, PES y PVEM se quedaron con 48, 21 y 11 curules, respectivamente. En total suman 333 legisladores, según datos del sitio web de la Cámara de Diputados, lo que los deja a solo un escaño de la mayoría necesaria para hacer cambios constitucionales.

Esto ha permitido al gobierno de López Obrador aprobar casi cualquier reforma sin necesidad de consensarla con la oposición, aunque no ha logrado consolidar su transformación a través de cambios constitucionales.

Incluso, leyes aprobadas por el Congreso, especialmente en materia energética, han sido echadas abajo en tribunales debido a que se oponen a la Constitución.

El partido del Presidente y sus aliados apostaron por alcanzar en esta elección la anhelada mayoría para hacer cambios constitucionales en aras de consolidar el proyecto lopezobradorista –entre ellas, por ejemplo, la absorción de los órganos autónomos como el Inai o la Cofece– pero los votantes determinaron en las urnas un escenario donde al tabasqueño no le será tan fácil impulsar esos cambios y necesitará alcanzar acuerdos con otros partidos para lograr reformas.

Consultados antes de conocer los resultados del Conteo Rápido del INE, especialistas coincidieron en que Morena tendrá que negociar, sí o sí.

“Es un espacio donde Morena va a seguir teniendo mayoría como la tiene ahora… Tendrá ese margen de negociación con esos legisladores (de oposición) que no es para nada despreciable”, dijo Enrique Gutiérrez Márquez, profesor investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Política de la Universidad Iberoamericana,

Coincidió en el diagnóstico Jorge Aljovín, especialista en Derecho Electoral, quien explicó que Morena tendrá que negociar con la oposición para sacar adelante la llamada Cuarta Transformación.

“La dinámica será diametralmente opuesta a lo que ha ocurrido al día de hoy. El oficialismo tendrá que dialogar con la oposición, ya no será un diálogo de sordos de una de las opciones políticas que impone su agenda, sino que será un escenario donde se dialogue”.

En un escenario más extremo, Julio Jiménez, investigador del Instituto Internacional del Derecho y del Estado, comentó que se podrá ver una confrontación entre el Legislativo y el Ejecutivo.

“Se estaría generando un ambiente de confrontación debido a que ya no tendría mayoría el Presidente para seguir con sus reformas, y habrá que ver cuál es la forma como reacciona”, dijo el especialista.

Gutiérrez recordó que en San Lázaro no sólo se reforman leyes, sino que además es la Cámara que aprueba los presupuestos cada año, por lo que su importancia para la vida pública del país es trascendental.

LA LUCHA AÚN NO TERMINA

Gutiérrez, Aljovín y Jiménez también coincidieron que estas elecciones todavía no terminan porque falta el conflicto poselectoral.

“Va a haber conflicto poselectoral, tanto en las entidades federativas y en lo federal. Será hasta que se resuelvan esas controversias jurídicas que realmente haya un reparto final de los legisladores, van a quitarle a unos, van a ponerle a otros, va a estar muy interesante esa judicialización en términos electorales”, dijo el académico de la Universidad Iberoamericana.

En una campaña donde hubo tantas acusaciones de compra de voto o interferencia desde Palacio Nacional, más de un candidato intentará ganar su curul en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Incluso, Aljovín indicó que no hay que olvidar el papel de López Obrador en un posible conflicto electoral, ya que es un “presidente que no está en las condiciones de aceptar un resultado adverso”.


Con información de Saúl Hernández



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Tras la elección intermedia de ayer, una cosa es clara: aunque Morena se mantendrá como la primera fuerza política en la Cámara de Diputados, el presidente Andrés Manuel López Obrador no podrá irse por la libre en la segunda mitad de su sexenio para continuar con su Cuarta Transformación y tendrá que negociar con la oposición si quiere hacer modificaciones a la Carta Magna.

De acuerdo con los resultados del Conteo Rápido con las tendencias del voto para la conformación de la nueva Cámara de Diputados, el partido del primer mandatario no alcanzaría la mayoría absoluta de 251 legisladores por sí solo, ni en el mejor de los escenarios, y su alianza con el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) quedaría a por lo menos 42 curules de conseguir la mayoría calificada de 334 necesaria para cambiar la Constitución.

➡️ Morena y aliados acaparan distritos electorales en Edomex en primeros resultados

Al punto de las 11 de la noche de ayer, Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), dio a conocer los resultados del Conteo Rápido que da a Morena entre 190 y 203 legisladores; al PT, entre 35 y 41, y al PVEM, entre 40 y 48. En total, los tres partidos tendrían una fuerza de entre 265 y 292 diputados federales.

Del lado del bloque opositor, el Partido Acción Nacional (PAN) ganaría entre 106 y 117 curules; el de la Revolución Democrática (PRD), entre 12 y 21, y el Revolucionario Institucional (PRI), entre 63 y 75.

El pasado 24 de mayo, estas tres fuerzas políticas firmaron un pacto para llevar su alianza más allá de la arena electoral y conformar una coalición legislativa que sirva de contrapeso al Gobierno federal.

Movimiento Ciudadano, que durante la primera mitad de la Cuatroté se opuso a varias de las reformas aprobadas por Morena y sus aliados, estaría obteniendo entre 20 y 27 asientos en la conformación del próximo Congreso de la Unión.

Por su parte, el Partido Encuentro Solidario (PES) podría quedarse un máximo de seis escaños si es que la votación le da para conservar el registro. Mientras que Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas perderían el registro, y no tendrían diputados, al no conseguir el tres por ciento de la votación.

Las proyecciones del INE tampoco vislumbran diputaciones para algún candidato independiente.

El Conteo Rápido es un ejercicio estadístico que permite calcular con máxima precisión las estimaciones de las tendencias del voto, aunque no son los resultados oficiales. Estos últimos se darán a conocer luego de que se computen los votos distritales, lo que sucederá entre el 9 y 12 de junio.

En porcentaje de votación, Morena obtuvo entre 34.9 y 35.8 por ciento de los sufragios para la elección de diputados federales, repitiendo como la primera fuerza del Congreso. En segundo lugar está el PAN, con entre 18.5 y 19.3 por ciento de los votos y en tercero está el PRI, con un rango de entre 17.8 y 18.5 por ciento.

En contraste, en 2018, cuando fue la elección presidencial que llevó a López Obrador al poder, el partido guinda había conseguido 37.2 por ciento de los votos, Acción Nacional 17.9 por ciento y el Revolucionario Institucional 16.6 por ciento.

La participación durante la jornada electoral de ayer fue de entre 51.7 y 52.5 por ciento, añadió el presidente del INE. Esto significa que la participación fue más alta que en las últimas tres elecciones federales intermedias –las de 2003, 2009 y 2015–, cuando la votaron 41.32, 44.76 y 47.72 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, respectivamente.

NUEVA COMPOSICIÓN

Hace tres años, con el arrastre que tuvo Andrés Manuel López Obrador, Morena alcanzó 191 escaños en la Cámara baja, y sus aliados, el PT y el PES, lograron 61 y 56 curules respectivamente. Esto les permitió superar la mayoría absoluta (de 251 diputados) requerida para aprobar presupuestos y crear o modificar leyes, mas no para cambiar la Constitución.

Para este último propósito necesitaban la mayoría calificada de dos tercios de la Cámara, pero se quedaron a 26 escaños de lograrlo.

Con el paso de los meses, el PVEM decidió sumarse a la Cuatroté, legisladores de otros partidos se pasaron al grupo en el poder y comenzó una serie de intercambios de diputados entre los partidos de la coalición oficialista que terminó inflando a Morena, dándole mayoría absoluta por sí sola.

En la actual legislatura Morena cuenta con 253 diputados federales, más de la mitad del Congreso, pese a que en 2018 sólo había obtenido 37 por ciento de la votación. Sus aliados del PT, PES y PVEM se quedaron con 48, 21 y 11 curules, respectivamente. En total suman 333 legisladores, según datos del sitio web de la Cámara de Diputados, lo que los deja a solo un escaño de la mayoría necesaria para hacer cambios constitucionales.

Esto ha permitido al gobierno de López Obrador aprobar casi cualquier reforma sin necesidad de consensarla con la oposición, aunque no ha logrado consolidar su transformación a través de cambios constitucionales.

Incluso, leyes aprobadas por el Congreso, especialmente en materia energética, han sido echadas abajo en tribunales debido a que se oponen a la Constitución.

El partido del Presidente y sus aliados apostaron por alcanzar en esta elección la anhelada mayoría para hacer cambios constitucionales en aras de consolidar el proyecto lopezobradorista –entre ellas, por ejemplo, la absorción de los órganos autónomos como el Inai o la Cofece– pero los votantes determinaron en las urnas un escenario donde al tabasqueño no le será tan fácil impulsar esos cambios y necesitará alcanzar acuerdos con otros partidos para lograr reformas.

Consultados antes de conocer los resultados del Conteo Rápido del INE, especialistas coincidieron en que Morena tendrá que negociar, sí o sí.

“Es un espacio donde Morena va a seguir teniendo mayoría como la tiene ahora… Tendrá ese margen de negociación con esos legisladores (de oposición) que no es para nada despreciable”, dijo Enrique Gutiérrez Márquez, profesor investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Política de la Universidad Iberoamericana,

Coincidió en el diagnóstico Jorge Aljovín, especialista en Derecho Electoral, quien explicó que Morena tendrá que negociar con la oposición para sacar adelante la llamada Cuarta Transformación.

“La dinámica será diametralmente opuesta a lo que ha ocurrido al día de hoy. El oficialismo tendrá que dialogar con la oposición, ya no será un diálogo de sordos de una de las opciones políticas que impone su agenda, sino que será un escenario donde se dialogue”.

En un escenario más extremo, Julio Jiménez, investigador del Instituto Internacional del Derecho y del Estado, comentó que se podrá ver una confrontación entre el Legislativo y el Ejecutivo.

“Se estaría generando un ambiente de confrontación debido a que ya no tendría mayoría el Presidente para seguir con sus reformas, y habrá que ver cuál es la forma como reacciona”, dijo el especialista.

Gutiérrez recordó que en San Lázaro no sólo se reforman leyes, sino que además es la Cámara que aprueba los presupuestos cada año, por lo que su importancia para la vida pública del país es trascendental.

LA LUCHA AÚN NO TERMINA

Gutiérrez, Aljovín y Jiménez también coincidieron que estas elecciones todavía no terminan porque falta el conflicto poselectoral.

“Va a haber conflicto poselectoral, tanto en las entidades federativas y en lo federal. Será hasta que se resuelvan esas controversias jurídicas que realmente haya un reparto final de los legisladores, van a quitarle a unos, van a ponerle a otros, va a estar muy interesante esa judicialización en términos electorales”, dijo el académico de la Universidad Iberoamericana.

En una campaña donde hubo tantas acusaciones de compra de voto o interferencia desde Palacio Nacional, más de un candidato intentará ganar su curul en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Incluso, Aljovín indicó que no hay que olvidar el papel de López Obrador en un posible conflicto electoral, ya que es un “presidente que no está en las condiciones de aceptar un resultado adverso”.


Con información de Saúl Hernández



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