/ lunes 8 de junio de 2020

"Nueva normalidad" ocasionará un repunte de Covid-19

Especialistas en epidemiología consideran que el gobierno federal no ha comunicado de forma clara las acciones a tomar para evitar un repunte en la nueva normalidad

La nueva normalidad es la crónica de un repunte de coronavirus anunciado. Con las cifras de contagios y fallecidos en aumento y un país con semáforo epidemiológico en rojo —es decir, en riesgo máximo— el gobierno mexicano decidió poner fin a la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Desde el 1 de junio, día en que comenzó el desconfinamiento gradual en el país, las calles de las ciudades comenzaron a llenarse de autos y personas, muchas sin las medidas de protección necesarias para evitar contagios, como si por decreto el virus se hubiera esfumado.

Especialistas consultados por El Sol de México coinciden en que la flexibilización de las restricciones de movilidad provocará un episodio similar al observado días después de las celebraciones del Niño y de la Madre, cuando centenares de personas rompieron el confinamiento para salir a festejar.

Bastaron dos semanas para que las estadísticas oficiales reflejaran el efecto de no quedarse en casa. De promediar mil 700 casos diarios en los primeros días de mayo, México pasó a superar en varias ocasiones cuatro mil contagios por Covid-19 a partir del 18 de ese mes.

El gobierno federal, en voz del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, advirtió el pasado 1 de junio que existe un riesgo de rebrote si los gobiernos estatales relajan las medidas sanitarias tras la conclusión de la Jornada de Sana Distancia.

El epidemiólogo Óscar Sosa Hernández cree que el repunte es inminente pero considera erróneo llamarlo “rebrote” en tanto que no se ha controlado la primera oleada del virus.

“Para hablar de rebrote, quiere decir que tú ya tienes controlado el brote y con todo respeto, solamente en la Subsecretaría creen que está domada la pandemia o está controlada”, indica el especialista.

Sosa Hernández, quien cuenta con una Alta Especialidad en Epidemiologia Hospitalaria, considera además que la Jornada de Sana Distancia terminó antes de lo necesario.

Destaca también que el gobierno federal no ha sido lo suficientemente claro en sus mensajes a la población, que ha interpretado la nueva normalidad como un retorno a sus actividades a niveles previos a los que había antes de la pandemia.

“Hay dobles mensajes, no son entendibles para la gente y causa confusión… Entonces, esperar a que todo mundo acate indicaciones cuando sale está muy difícil y sin duda alguna, entre dos y tres semanas como máximo vamos a ver un repunte”.

En el diagnóstico coincide Adrián Garfias López, maestro en Inmunología del Instituto Politécnico Nacional (IPN): “Aquí hay un problema con los términos que maneja el gobierno. Creo que decirle a la gente que terminó la Jornada de Sana Distancia no fueron las palabras más adecuadas porque esto tiende a que la gente crea que ya puede salir a la calle”.

Para el inmunólogo, la Jornada de Sana Distancia no debió haber terminado hasta que la enfermedad estuviera bajo control y los casos comenzaran a bajar.

“Todavía no alcanzamos la meseta del número de contagios y mucho menos estamos cerca de empezar a bajar; es muy probable que si relajamos las medidas de manera irresponsable vuelva a haber un rebrote o los casos sigan aumentando”, indica Garfias.

La experiencia del 10 de mayo

Marina del Pilar Ávila Olmeda, alcaldesa de Mexicali, anunció el viernes 22 de mayo una serie de medidas para mitigar la propagación del coronavirus. Y es que en las últimas semanas, los casos de Covid-19 aumentaron hasta poner a la capital de Baja California en el cuarto lugar de casos activos en el país.

Jaime Bonilla Valdez, gobernador del estado, atribuyó el repunte a que los mexicalenses salieron a celebrar el Día de las Madres y comenzaron a ignorar las recomendaciones al ver que los contagios iban bajando. El resultado fue que los avances se echaron a perder y las medidas de confinamiento se endurecieron.

"Aquí lo que pasó es que Mexicali iba muy bien y salieron a festejar, empezaron a hacer colas para comprar cerveza, empezaron a hacer sus carnes asadas", se quejó el mandatario estatal.

El incremento de enfermos en Mexicali tuvo un impacto en la curva epidemiológica de Baja California, que volvió a crecer.

El efecto del 10 de mayo, e incluso del Día del Niño, se resintió en las curvas epidemiológicas de varias entidades del país.

En su conferencia del 1 de junio, Hugo López-Gatell alertó de un incremento de los contagios en Villahermosa, Tabasco, “probablemente por un aumento en la movilidad alrededor del 10 de mayo”.

El funcionario federal tomó al edén mexicano como ejemplo de lo que podría ocurrir si las medidas sanitarias se relajan en la llamada nueva normalidad.

Guerrero es otro caso de lo que sucede cuando la población no toma las medidas preventivas en serio. Entre el 1 y 10 de mayo la entidad promediaba 34 casos nuevos cada día, pero a partir de la segunda quincena los enfermos se contaban por cientos, dejando a los hospitales al borde del colapso.

Hasta en Jalisco, estado que había sido exitoso en mantener a raya la enfermedad, el Covid-19 cobró fuerza durante mayo y llegó a su pico a principios de este mes. Esto orilló al gobernador Enrique Alfaro a reforzar los operativos de vigilancia y “tolerancia cero” a las empresas que operaran sin autorización o no respetaran las medidas de sanidad.

"Los contagios no se generaron ayer, ni se generaron el 1 de junio, se generaron hace 15 días cuando aflojamos las medidas de aislamiento, cuando creímos que podíamos salir a la calle como si nada, si no entendemos esto, el riesgo que tiene Jalisco es muy alto", advirtió el mandatario estatal.

La experiencia del Día de las Madres enseña que un repunte del coronavirus puede echar a perder todos los avances logrados y regresar incluso al confinamiento.

Adrián Garfias explica que existen estudios, aun no publicados, que apuntan a que en estados donde las medidas se relajaron, la enfermedad aumentó más. “Cuando hay un punto importante de celebración, algún fin de semana, después de unos días se ve un pico de contagios extra”.

Parte importante de los contagios, explica el inmunólogo, se debe a las personas asintomáticas, es decir, aquellas que no se dan cuenta que están enfermas porque no manifiestan síntomas.

“Por cada caso que hay con síntomas, hay de dos a cinco casos que no los tienen. Estas personas que no se dan cuenta que están enfermas son los principales vectores de contagio, entonces debemos seguir manteniéndonos en casa en la medida de lo posible”, indica el especialista.

El propio presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que si hay rebrotes de coronavirus en la nueva normalidad, México regresaría a la etapa de confinamiento.

“Si no lo hacemos de manera ordenada, con disciplina, y se presentan contagios y rebrotes, pues entonces vamos a cerrar de nuevo”, dijo el mandatario al retomar sus giras de trabajo por el país.

Mensajes contradictorios

Los primeros días de la nueva normalidad trajeron consigo una saturación de los supermercados, tráfico en las calles y aglomeraciones en el transporte público.

No obstante que prácticamente todo el territorio nacional está en semáforo rojo, buena parte de los ciudadanos salen a las calles sin cubrebocas ni caretas protectoras.

En la conferencia de prensa sobre el coronavirus del 2 de junio, Ricardo Cortés, director general de Promoción de la Salud, indicó que en la última semana solamente dos estados del país redujeron su movilidad: Puebla y Nayarit. En el resto el movimiento de personas creció.

Especialistas consultados coinciden en que parte del fenómeno se explica por las deficiencias en la comunicación de la pandemia que ha hecho el gobierno federal y su portavoz, Hugo López-Gatell.

“No me parece que estrictamente el doctor López-Gatell sea el culpable de un rebrote o repunte. Sin embargo, sí creo que la mala comunicación efectiva, el dar dobles mensajes o el no ser claro con las medidas preventivas es completamente responsabilidad del gobierno federal”, indica el epidemiólogo Óscar Sosa.

Para el especialista, la actual administración ha cometido varios tropiezos en su estrategia de comunicación a la ciudadanía. Uno de los más riesgosos fue tratar de poner fechas al momento del pico máximo y fin de la epidemia en México, que al no cumplirse mina la credibilidad de las autoridades.

“Al final del día, una enfermedad infecciosa depende de muchos factores, la movilidad, el cuidado de zonas, creer o no creer… todo este tipo de cosas pueden llegar a alterar la dinámica de una epidemia y jugarte una mala pasada. (Por ejemplo), decir que el pico máximo va a ser en mayo y ayer, 2 de junio, fue el día con mayor número de casos confirmados”.

Otro ejemplo de mala comunicación fue el uso del cubrebocas. Desde el principio de la crisis sanitaria, López-Gatell indicó que el uso del cubrebocas no era necesario y no acostumbró a la población a utilizarlo.

“Al inicio no se contaba con la evidencia necesaria, pero con el paso de las semanas hubo evidencia suficiente para asegurar que el cubrebocas sí servía, no prevenía al 100%, pero sí era bastante útil… Creo que lo malo fue desde el inicio haber asegurado que no era necesario, que no servía de nada”, considera el inmunólogo Adrián Garfias.

Pero quizá el mayor problema sea la incongruencia entre lo que el subsecretario dice, y lo que su jefe, el presidente López Obrador, hace.

Garfias lo explica así: “El presidente de manera negligente ha estado de gira, saliendo sin cubrebocas. Él debería ser la primera persona en predicar con el ejemplo, primero para no dañar la imagen del gobierno y segundo, para que la gente vea que sí es en serio. Si no pones el ejemplo, la gente no lo va a hacer”.

Sosa concuerda en este punto. “Si el presidente sale sin usar cubrebocas, si tú mismo como subsecretario y vocero de la pandemia sales sin cubrebocas, allí está el problema. Le estás dando un mal mensaje a la gente, que va a decir: ‘si no lo utiliza él, ¿por qué lo voy a utilizar yo?’”.

Mientras México está a la expectativa de un repunte en los contagios, el presidente López Obrador, en su gira por el estado de Chiapas, ha revelado una nueva receta para prevenir el coronavirus. “Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”.

Y sobre el uso del cubrebocas, el lavado de manos y la sana distancia, el mandatario señaló que “eso es voluntario, no puede ser obligatorio”.


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La nueva normalidad es la crónica de un repunte de coronavirus anunciado. Con las cifras de contagios y fallecidos en aumento y un país con semáforo epidemiológico en rojo —es decir, en riesgo máximo— el gobierno mexicano decidió poner fin a la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Desde el 1 de junio, día en que comenzó el desconfinamiento gradual en el país, las calles de las ciudades comenzaron a llenarse de autos y personas, muchas sin las medidas de protección necesarias para evitar contagios, como si por decreto el virus se hubiera esfumado.

Especialistas consultados por El Sol de México coinciden en que la flexibilización de las restricciones de movilidad provocará un episodio similar al observado días después de las celebraciones del Niño y de la Madre, cuando centenares de personas rompieron el confinamiento para salir a festejar.

Bastaron dos semanas para que las estadísticas oficiales reflejaran el efecto de no quedarse en casa. De promediar mil 700 casos diarios en los primeros días de mayo, México pasó a superar en varias ocasiones cuatro mil contagios por Covid-19 a partir del 18 de ese mes.

El gobierno federal, en voz del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, advirtió el pasado 1 de junio que existe un riesgo de rebrote si los gobiernos estatales relajan las medidas sanitarias tras la conclusión de la Jornada de Sana Distancia.

El epidemiólogo Óscar Sosa Hernández cree que el repunte es inminente pero considera erróneo llamarlo “rebrote” en tanto que no se ha controlado la primera oleada del virus.

“Para hablar de rebrote, quiere decir que tú ya tienes controlado el brote y con todo respeto, solamente en la Subsecretaría creen que está domada la pandemia o está controlada”, indica el especialista.

Sosa Hernández, quien cuenta con una Alta Especialidad en Epidemiologia Hospitalaria, considera además que la Jornada de Sana Distancia terminó antes de lo necesario.

Destaca también que el gobierno federal no ha sido lo suficientemente claro en sus mensajes a la población, que ha interpretado la nueva normalidad como un retorno a sus actividades a niveles previos a los que había antes de la pandemia.

“Hay dobles mensajes, no son entendibles para la gente y causa confusión… Entonces, esperar a que todo mundo acate indicaciones cuando sale está muy difícil y sin duda alguna, entre dos y tres semanas como máximo vamos a ver un repunte”.

En el diagnóstico coincide Adrián Garfias López, maestro en Inmunología del Instituto Politécnico Nacional (IPN): “Aquí hay un problema con los términos que maneja el gobierno. Creo que decirle a la gente que terminó la Jornada de Sana Distancia no fueron las palabras más adecuadas porque esto tiende a que la gente crea que ya puede salir a la calle”.

Para el inmunólogo, la Jornada de Sana Distancia no debió haber terminado hasta que la enfermedad estuviera bajo control y los casos comenzaran a bajar.

“Todavía no alcanzamos la meseta del número de contagios y mucho menos estamos cerca de empezar a bajar; es muy probable que si relajamos las medidas de manera irresponsable vuelva a haber un rebrote o los casos sigan aumentando”, indica Garfias.

La experiencia del 10 de mayo

Marina del Pilar Ávila Olmeda, alcaldesa de Mexicali, anunció el viernes 22 de mayo una serie de medidas para mitigar la propagación del coronavirus. Y es que en las últimas semanas, los casos de Covid-19 aumentaron hasta poner a la capital de Baja California en el cuarto lugar de casos activos en el país.

Jaime Bonilla Valdez, gobernador del estado, atribuyó el repunte a que los mexicalenses salieron a celebrar el Día de las Madres y comenzaron a ignorar las recomendaciones al ver que los contagios iban bajando. El resultado fue que los avances se echaron a perder y las medidas de confinamiento se endurecieron.

"Aquí lo que pasó es que Mexicali iba muy bien y salieron a festejar, empezaron a hacer colas para comprar cerveza, empezaron a hacer sus carnes asadas", se quejó el mandatario estatal.

El incremento de enfermos en Mexicali tuvo un impacto en la curva epidemiológica de Baja California, que volvió a crecer.

El efecto del 10 de mayo, e incluso del Día del Niño, se resintió en las curvas epidemiológicas de varias entidades del país.

En su conferencia del 1 de junio, Hugo López-Gatell alertó de un incremento de los contagios en Villahermosa, Tabasco, “probablemente por un aumento en la movilidad alrededor del 10 de mayo”.

El funcionario federal tomó al edén mexicano como ejemplo de lo que podría ocurrir si las medidas sanitarias se relajan en la llamada nueva normalidad.

Guerrero es otro caso de lo que sucede cuando la población no toma las medidas preventivas en serio. Entre el 1 y 10 de mayo la entidad promediaba 34 casos nuevos cada día, pero a partir de la segunda quincena los enfermos se contaban por cientos, dejando a los hospitales al borde del colapso.

Hasta en Jalisco, estado que había sido exitoso en mantener a raya la enfermedad, el Covid-19 cobró fuerza durante mayo y llegó a su pico a principios de este mes. Esto orilló al gobernador Enrique Alfaro a reforzar los operativos de vigilancia y “tolerancia cero” a las empresas que operaran sin autorización o no respetaran las medidas de sanidad.

"Los contagios no se generaron ayer, ni se generaron el 1 de junio, se generaron hace 15 días cuando aflojamos las medidas de aislamiento, cuando creímos que podíamos salir a la calle como si nada, si no entendemos esto, el riesgo que tiene Jalisco es muy alto", advirtió el mandatario estatal.

La experiencia del Día de las Madres enseña que un repunte del coronavirus puede echar a perder todos los avances logrados y regresar incluso al confinamiento.

Adrián Garfias explica que existen estudios, aun no publicados, que apuntan a que en estados donde las medidas se relajaron, la enfermedad aumentó más. “Cuando hay un punto importante de celebración, algún fin de semana, después de unos días se ve un pico de contagios extra”.

Parte importante de los contagios, explica el inmunólogo, se debe a las personas asintomáticas, es decir, aquellas que no se dan cuenta que están enfermas porque no manifiestan síntomas.

“Por cada caso que hay con síntomas, hay de dos a cinco casos que no los tienen. Estas personas que no se dan cuenta que están enfermas son los principales vectores de contagio, entonces debemos seguir manteniéndonos en casa en la medida de lo posible”, indica el especialista.

El propio presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que si hay rebrotes de coronavirus en la nueva normalidad, México regresaría a la etapa de confinamiento.

“Si no lo hacemos de manera ordenada, con disciplina, y se presentan contagios y rebrotes, pues entonces vamos a cerrar de nuevo”, dijo el mandatario al retomar sus giras de trabajo por el país.

Mensajes contradictorios

Los primeros días de la nueva normalidad trajeron consigo una saturación de los supermercados, tráfico en las calles y aglomeraciones en el transporte público.

No obstante que prácticamente todo el territorio nacional está en semáforo rojo, buena parte de los ciudadanos salen a las calles sin cubrebocas ni caretas protectoras.

En la conferencia de prensa sobre el coronavirus del 2 de junio, Ricardo Cortés, director general de Promoción de la Salud, indicó que en la última semana solamente dos estados del país redujeron su movilidad: Puebla y Nayarit. En el resto el movimiento de personas creció.

Especialistas consultados coinciden en que parte del fenómeno se explica por las deficiencias en la comunicación de la pandemia que ha hecho el gobierno federal y su portavoz, Hugo López-Gatell.

“No me parece que estrictamente el doctor López-Gatell sea el culpable de un rebrote o repunte. Sin embargo, sí creo que la mala comunicación efectiva, el dar dobles mensajes o el no ser claro con las medidas preventivas es completamente responsabilidad del gobierno federal”, indica el epidemiólogo Óscar Sosa.

Para el especialista, la actual administración ha cometido varios tropiezos en su estrategia de comunicación a la ciudadanía. Uno de los más riesgosos fue tratar de poner fechas al momento del pico máximo y fin de la epidemia en México, que al no cumplirse mina la credibilidad de las autoridades.

“Al final del día, una enfermedad infecciosa depende de muchos factores, la movilidad, el cuidado de zonas, creer o no creer… todo este tipo de cosas pueden llegar a alterar la dinámica de una epidemia y jugarte una mala pasada. (Por ejemplo), decir que el pico máximo va a ser en mayo y ayer, 2 de junio, fue el día con mayor número de casos confirmados”.

Otro ejemplo de mala comunicación fue el uso del cubrebocas. Desde el principio de la crisis sanitaria, López-Gatell indicó que el uso del cubrebocas no era necesario y no acostumbró a la población a utilizarlo.

“Al inicio no se contaba con la evidencia necesaria, pero con el paso de las semanas hubo evidencia suficiente para asegurar que el cubrebocas sí servía, no prevenía al 100%, pero sí era bastante útil… Creo que lo malo fue desde el inicio haber asegurado que no era necesario, que no servía de nada”, considera el inmunólogo Adrián Garfias.

Pero quizá el mayor problema sea la incongruencia entre lo que el subsecretario dice, y lo que su jefe, el presidente López Obrador, hace.

Garfias lo explica así: “El presidente de manera negligente ha estado de gira, saliendo sin cubrebocas. Él debería ser la primera persona en predicar con el ejemplo, primero para no dañar la imagen del gobierno y segundo, para que la gente vea que sí es en serio. Si no pones el ejemplo, la gente no lo va a hacer”.

Sosa concuerda en este punto. “Si el presidente sale sin usar cubrebocas, si tú mismo como subsecretario y vocero de la pandemia sales sin cubrebocas, allí está el problema. Le estás dando un mal mensaje a la gente, que va a decir: ‘si no lo utiliza él, ¿por qué lo voy a utilizar yo?’”.

Mientras México está a la expectativa de un repunte en los contagios, el presidente López Obrador, en su gira por el estado de Chiapas, ha revelado una nueva receta para prevenir el coronavirus. “Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”.

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