/ jueves 2 de noviembre de 2017

Ecuador se enfila hacia una separación política en el gobierno

Se prevé que la eventual llegada al país de su antecesor, Rafael Correa, precipite las diferencias del oficialismo en las calles

QUITO, Ecuador. La ruptura en dos del movimiento oficialista de Ecuador, Alianza País (AP), genera el temor de un choque de trenes entre los líderes de ambos bandos: el presidente del país, Lenín Moreno, y su antecesor Rafael Correa.

Moreno, que anoche fue destituido como presidente de AP por un grupo de dirigentes contrarios a él, recibió el respaldo del jefe de la Asamblea Nacional, José Serrano, quien coincidió en calificar de “espuria” la medida contra el gobernante.

La vicepresidenta en funciones, María Alejandra Vicuña, tildó de la misma manera la decisión de la directiva nacional de AP poco después de anunciada, en una rueda de prensa en la que apareció con varios ministros y colaboradores del gobierno de Moreno.

Pero ha sido el anuncio de que Correa -quien reside en Bélgica desde mayo pasado cuando entregó el poder a Moreno- volverá al país para recomponer al movimiento, lo que ha generado una gran expectativa entre los oficialistas.

Hasta ahora, el enfrentamiento verbal entre Moreno y Correa, desatado desde la trasmisión de mando, se había situado en medios y en redes sociales, pero se prevé que la eventual llegada al país del antecesor precipite las diferencias del oficialismo en las calles.

En el bando correísta incluso han surgido voces que alientan protestas contra el gobierno de Moreno, sobre todo contra una consulta popular que impulsa para, entre otras cosas, impedir la reelección presidencial, asunto que Correa considera que está dedicado a él.

QUITO, Ecuador. La ruptura en dos del movimiento oficialista de Ecuador, Alianza País (AP), genera el temor de un choque de trenes entre los líderes de ambos bandos: el presidente del país, Lenín Moreno, y su antecesor Rafael Correa.

Moreno, que anoche fue destituido como presidente de AP por un grupo de dirigentes contrarios a él, recibió el respaldo del jefe de la Asamblea Nacional, José Serrano, quien coincidió en calificar de “espuria” la medida contra el gobernante.

La vicepresidenta en funciones, María Alejandra Vicuña, tildó de la misma manera la decisión de la directiva nacional de AP poco después de anunciada, en una rueda de prensa en la que apareció con varios ministros y colaboradores del gobierno de Moreno.

Pero ha sido el anuncio de que Correa -quien reside en Bélgica desde mayo pasado cuando entregó el poder a Moreno- volverá al país para recomponer al movimiento, lo que ha generado una gran expectativa entre los oficialistas.

Hasta ahora, el enfrentamiento verbal entre Moreno y Correa, desatado desde la trasmisión de mando, se había situado en medios y en redes sociales, pero se prevé que la eventual llegada al país del antecesor precipite las diferencias del oficialismo en las calles.

En el bando correísta incluso han surgido voces que alientan protestas contra el gobierno de Moreno, sobre todo contra una consulta popular que impulsa para, entre otras cosas, impedir la reelección presidencial, asunto que Correa considera que está dedicado a él.

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