MOSCÚ. El presidente ruso y su homólogo chino inauguraron un gasoducto “histórico” que unirá por primera vez a los dos países, el primero de tres proyectos rusos para asentar su dominio en el mercado mundial del gas.
“¡El grifo está abierto! (...) el gas entra” en China, dijo el presidente de Gazprom, Alexei Miller, cuando el gas de los yacimientos de Siberia oriental cruzó la frontera gracias al gasoducto Power of Siberia (Fuerza de Siberia).
La infraestructura tiene de momento más de 2 mil kilómetros de conductos. Cuando esté finalizada, la red tendrá un total de más de 3 mil kilómetros, por el que Rusia exportará al vecino país más de un billón de metros cúbicos de gas natural en los próximos 30 años, que le reportarán unos 400 mil millones de dólares en ese periodo.
Las obras movilizaron a unas 10 mil personas durante más de cinco años, trabajando en regiones donde las temperatura puede caer hasta los -50°C.
En una videoconferencia conjunta con el presidente chino Xi Jinping, el ruso Vladimir Putin se felicitó de un “evento realmente histórico, no sólo para el mercado mundial de la energía, pero sobre todo para usted y para mí, para Rusia y China” y que según él “llevará la cooperación estratégica ruso-china a un nuevo nivel”.
“El desarrollo de las relaciones sinorusas es y será una prioridad de la política extranjera de cada uno de nuestros países”, declaró por su parte el presidente Xi Jinping, muy cercano a su “amigo” Putin.