/ miércoles 26 de abril de 2023

Migrantes quedan atrapados en redes de pesca: así funciona la esclavitud en el mar

En la segunda entrega de la serie Dispatches from the Outlaw Ocean, viajamos a bordo de insalubres barcos en el Mar de China Meridional para explorar cómo la sobrepesca ha dado lugar a abusos que las empresas y los gobiernos no rastrean

Altamar es una frontera sin ley donde crímenes como el asesinato, la esclavitud y la destrucción del medio ambiente a menudo quedan impunes y los medios de comunicación los pasan por alto. Pero el océano también es un lugar de descubrimiento y reinvención, que ofrece libertad frente a las limitaciones de la sociedad.

Otros usuarios leyeron: El lado oscuro de la pesca

Esta serie de cortometrajes en 10 partes surge de más de una década de reportajes que exploran el crimen en alta mar. La serie narra un elenco de personajes arenosos que incluyen traficantes y contrabandistas, piratas y mercenarios, esclavos encadenados y conservacionistas vigilantes.

Nuestros océanos se están quedando sin peces. A medida que desaparecen las existencias, los barcos tienen que viajar más lejos de la costa para cumplir con sus cuotas y los márgenes de beneficio se han vuelto muy reducidos. Como resultado, los capitanes recurren cada vez más a la trata, la servidumbre por deudas y el trabajo forzoso para llegar a fin de mes.

-“No sé lo que ocurrió. Cuando me desperté, ya estaba a bordo del barco”, dice un pescador

-“El capitán se llevó todos nuestros documentos: Pasaporte, certificado de formación en seguridad, se quedó con todos los papeles”, denuncia uno de sus compañeros.

-“Tenían miedo de que huyéramos. Cada vez que cometíamos un error trabajando siempre nos maltrataban… Incluso por un pequeño error, por no hablar de errores graves”.

-“El capitán golpeó a mi amigo cuatro veces en la cara”.

Altamar es como el salvaje oeste acuático y sus víctimas son muchas, por encima y por debajo de las olas. Si la esclavitud existe en todo el mundo, en ningún lugar es más invisible, menos denunciada y más lejos del alcance de la ley que en alta mar.

¿Qué sabemos sobre las vidas de los trabajadores del mar?

Dos tercios del planeta están cubiertos por agua. Es la frontera más salvaje de nuestro planeta, tan impresionante como imprescindible para la vida, un lugar de descubrimiento y de reinvención incesante, una metáfora de la libertad, pero también un territorio profundamente distópico donde se despliega la parte más siniestra de la humanidad.

Más de 50 millones de personas trabajan en el mar, donde los abusos contra el medio ambiente y los derechos humanos se suelen cometer con impunidad.

-¿Son seis personas?

-Seis personas, estamos durmiendo aquí.

-Qué calor.

Nunca, nunca había visto algo así de mal. Como periodista, he pasado los últimos diez años informando desde esta frontera sin ley.

Cuando un hombre desesperado por trabajar se encuentra en una fábrica o en un pesquero o en un campo, trabajando, esforzándose por poco o ningún salario y lo golpean si trata de escapar, eso se llama esclavitud.

En estos momentos, hay un hombre en un barco echando la red con sus manos doloridas, sabe que merece una vida mejor, una vida digna, pero no sabe si hay alguien a quien le preocupe.

Viajé al puerto de Kangtang junto al cineasta Fábio Nascimento. Tailandia es un país con un sector turístico en auge y con una de las mayores flotas pesqueras del planeta.

Para satisfacer la gigantesca demanda mundial de marisco de bajo coste, Tailandia empezó a usar mano de obra inmigrante y las poblaciones de los caladeros comenzaron a descender.

A la vez que se reducían las poblaciones en los caladeros de la costa, empezamos a ver que se invertía en un nuevo tipo de barco, uno que podía salir al mar durante más tiempo, que podía adentrarse con seguridad en aguas más profundas.

En algunos casos, había buques de carga que reabastecían a los pesqueros, una práctica que se conoce como transbordo en el mar, y que más o menos te permite estar en el mar de manera indefinida. El transbordo es legal y una práctica generalizada. Las flotas pueden pasar años en altamar.

La pesca de varios barcos es extraída para subirla y mezclarla en el buque de aprovisionamiento, de mayor tamaño, antes de que el pescado sea transportado hasta la costa.

Esto hace que sea prácticamente imposible rastrear el origen de las capturas, y se conoce comúnmente como 'lavado de pescado'. Significa que los minoristas no pueden garantizar de dónde procede su pescado, ni si está libre de trabajo esclavo.

Cuanto más lejos está el armador de la compañía pesquera del impacto de lo que ocurre en sus barcos, más lejos están los consumidores de lo que ocurre a lo largo de la cadena de suministro, y más horrible puede ser el maltrato.

Los trabajadores inmigrantes viajan a Tailandia con la promesa de un trabajo. A veces envían a las mujeres a bares de karaoke que funcionan como burdeles, y en ocasiones los hombres son esclavizados en barcos pesqueros hasta que pagan la deuda a su contrabandista.

Un reclutador les dice: "Bueno, esto es lo que ha costado que vinieras y te alojaras en la capital. Esto es lo que va a costar que te ayuden a cruzar ilegalmente la frontera. Esto es lo que va a costar llevarte desde la frontera hasta tu destino".

Así que cuando llegan a su puesto de trabajo, ya tienen una deuda equivalente a varios meses de salario, si no es que más.


Fuimos vendidos al capitán por una cantidad determinada. Tenía que trabajar hasta saldar mi deuda, la cantidad por la que me vendieron, y después cobraría mi salario

Ese capitán es ahora el propietario de este trabajador hasta que la deuda sea saldada. Y este aldeano quedará atrapado en el barco hasta que el capitán le diga que puede irse.

Las condiciones a bordo son brutales

Ahí, los capitanes son como Dios. Con la prerrogativa de golpear y de matar.

“No era sólo conmigo, el jefe de tripulación y el segundo a bordo golpeaban a todos los tripulantes y nos reprendían… Nos daban patadas y puñetazos. Básicamente, a todos”.

La mayoría de las personas que he entrevistado a bordo de barcos hablan de jornadas de 20 horas con un suministro constante de anfetaminas para seguir trabajando.

Trabajábamos muy duro. No teníamos tiempo para jugar. A veces sólo dormíamos una hora

La comida escasea, y está llena de bichos. Y la herida más leve puede ser mortal.

En esta grabación poco común, un marinero de cubierta muere por una herida y su cuerpo es lanzado al mar.

En un barco lleno de esclavos, nadie duerme tranquilo. La noche era el momento de la venganza. Así que hay que tener mucho cuidado por la noche y nunca se puede saber lo que alguien está pensando.

La pesca está clasificada como la profesión más letal del mundo, con unas 38 mil víctimas mortales cada año.

Algunos puertos del mundo, como el de Montevideo, Uruguay, tienen un promedio de un cadáver cada seis semanas en los barcos pesqueros.

Lo que sigue sin estar claro es el número de cuerpos que son arrojados al mar, y en cuántas ocasiones la tripulación muere por accidentes evitables, negligencias terribles o asesinatos.

El gobierno de Tailandia había prometido solucionar el problema con más trabajo policial. Así que me uní a varias de sus patrullas en el mar.

Esperaban demostrar cómo habían mejorado, algo que sin duda habían logrado, pero aún había grandes problemas

Entonces primero tenemos que ver quién es quién en ese grupo, tenemos que averiguar quién es el contramaestre y quién es el ingeniero para que podamos separarlos.

El contramaestre es esencialmente el que da órdenes a la tripulación. El intermediario entre la tripulación y los oficiales.

El contramaestre es justo la persona que no quieres cerca de la tripulación cuando estás haciendo este tipo de entrevistas, porque él es el que administra las palizas, el que administra los asesinatos, el que espía a la tripulación para asegurarse de que no están pensando en un motín.

Por eso el hecho de que los inspectores se dirigieran al contramaestre y de que él fuera el traductor de estas entrevistas era un enfoque completamente equivocado, algo casi cómico, pero de una forma siniestra.

-Entonces, ¿estamos casi listos para trasladar a estos chicos al barco?

-Sí.

-Muy bien, hagámoslo entonces...

A menudo esto es puro teatro. El gobierno tailandés dice haber completado 50 mil inspecciones sin encontrar ni una sola infracción, pese a que un informe reciente asegura que tres cuartas partes de su flota pesquera siguen vinculadas a trabajadores que han sido vendidos.

Actualmente, hay más personas en régimen de esclavitud que en ningún otro momento de la historia de la humanidad.

En su mayoría, a los gobiernos no les interesa enfrentar el problema del océano sin ley porque es difícil, caro, y tiene un beneficio político mínimo, y es que en este lugar la mayoría de las víctimas son extranjeros sin documentos.

En los casos en que los gobiernos sí actúan, sus medidas suelen ser torpes y poco eficaces.

La lección que aprendí en mis indagaciones acerca de la esclavitud en el mar es que se trata del cruce perfecto de delitos contra los derechos humanos y delitos medioambientales.

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La esclavitud en el mar también es un resultado directo de la globalización en las cadenas de producción y distribución de alimentos. Se basa en un sistema descentralizado y externalizado, y en un modelo de negocio que convierte los crímenes que ocurren en aguas lejanas y en la cadena de suministro de alimentos en algo normalizado que de manera conveniente no se ve.


Ya puedes ver el segundo episodio de la serie Dispatches from the Outlaw Ocean en el canal de Youtube de la Organización Editorial Mexicana, por cortesía de The Outlaw Ocean Project.




ESCUCHA EL PODCAST⬇️

Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

Altamar es una frontera sin ley donde crímenes como el asesinato, la esclavitud y la destrucción del medio ambiente a menudo quedan impunes y los medios de comunicación los pasan por alto. Pero el océano también es un lugar de descubrimiento y reinvención, que ofrece libertad frente a las limitaciones de la sociedad.

Otros usuarios leyeron: El lado oscuro de la pesca

Esta serie de cortometrajes en 10 partes surge de más de una década de reportajes que exploran el crimen en alta mar. La serie narra un elenco de personajes arenosos que incluyen traficantes y contrabandistas, piratas y mercenarios, esclavos encadenados y conservacionistas vigilantes.

Nuestros océanos se están quedando sin peces. A medida que desaparecen las existencias, los barcos tienen que viajar más lejos de la costa para cumplir con sus cuotas y los márgenes de beneficio se han vuelto muy reducidos. Como resultado, los capitanes recurren cada vez más a la trata, la servidumbre por deudas y el trabajo forzoso para llegar a fin de mes.

-“No sé lo que ocurrió. Cuando me desperté, ya estaba a bordo del barco”, dice un pescador

-“El capitán se llevó todos nuestros documentos: Pasaporte, certificado de formación en seguridad, se quedó con todos los papeles”, denuncia uno de sus compañeros.

-“Tenían miedo de que huyéramos. Cada vez que cometíamos un error trabajando siempre nos maltrataban… Incluso por un pequeño error, por no hablar de errores graves”.

-“El capitán golpeó a mi amigo cuatro veces en la cara”.

Altamar es como el salvaje oeste acuático y sus víctimas son muchas, por encima y por debajo de las olas. Si la esclavitud existe en todo el mundo, en ningún lugar es más invisible, menos denunciada y más lejos del alcance de la ley que en alta mar.

¿Qué sabemos sobre las vidas de los trabajadores del mar?

Dos tercios del planeta están cubiertos por agua. Es la frontera más salvaje de nuestro planeta, tan impresionante como imprescindible para la vida, un lugar de descubrimiento y de reinvención incesante, una metáfora de la libertad, pero también un territorio profundamente distópico donde se despliega la parte más siniestra de la humanidad.

Más de 50 millones de personas trabajan en el mar, donde los abusos contra el medio ambiente y los derechos humanos se suelen cometer con impunidad.

-¿Son seis personas?

-Seis personas, estamos durmiendo aquí.

-Qué calor.

Nunca, nunca había visto algo así de mal. Como periodista, he pasado los últimos diez años informando desde esta frontera sin ley.

Cuando un hombre desesperado por trabajar se encuentra en una fábrica o en un pesquero o en un campo, trabajando, esforzándose por poco o ningún salario y lo golpean si trata de escapar, eso se llama esclavitud.

En estos momentos, hay un hombre en un barco echando la red con sus manos doloridas, sabe que merece una vida mejor, una vida digna, pero no sabe si hay alguien a quien le preocupe.

Viajé al puerto de Kangtang junto al cineasta Fábio Nascimento. Tailandia es un país con un sector turístico en auge y con una de las mayores flotas pesqueras del planeta.

Para satisfacer la gigantesca demanda mundial de marisco de bajo coste, Tailandia empezó a usar mano de obra inmigrante y las poblaciones de los caladeros comenzaron a descender.

A la vez que se reducían las poblaciones en los caladeros de la costa, empezamos a ver que se invertía en un nuevo tipo de barco, uno que podía salir al mar durante más tiempo, que podía adentrarse con seguridad en aguas más profundas.

En algunos casos, había buques de carga que reabastecían a los pesqueros, una práctica que se conoce como transbordo en el mar, y que más o menos te permite estar en el mar de manera indefinida. El transbordo es legal y una práctica generalizada. Las flotas pueden pasar años en altamar.

La pesca de varios barcos es extraída para subirla y mezclarla en el buque de aprovisionamiento, de mayor tamaño, antes de que el pescado sea transportado hasta la costa.

Esto hace que sea prácticamente imposible rastrear el origen de las capturas, y se conoce comúnmente como 'lavado de pescado'. Significa que los minoristas no pueden garantizar de dónde procede su pescado, ni si está libre de trabajo esclavo.

Cuanto más lejos está el armador de la compañía pesquera del impacto de lo que ocurre en sus barcos, más lejos están los consumidores de lo que ocurre a lo largo de la cadena de suministro, y más horrible puede ser el maltrato.

Los trabajadores inmigrantes viajan a Tailandia con la promesa de un trabajo. A veces envían a las mujeres a bares de karaoke que funcionan como burdeles, y en ocasiones los hombres son esclavizados en barcos pesqueros hasta que pagan la deuda a su contrabandista.

Un reclutador les dice: "Bueno, esto es lo que ha costado que vinieras y te alojaras en la capital. Esto es lo que va a costar que te ayuden a cruzar ilegalmente la frontera. Esto es lo que va a costar llevarte desde la frontera hasta tu destino".

Así que cuando llegan a su puesto de trabajo, ya tienen una deuda equivalente a varios meses de salario, si no es que más.


Fuimos vendidos al capitán por una cantidad determinada. Tenía que trabajar hasta saldar mi deuda, la cantidad por la que me vendieron, y después cobraría mi salario

Ese capitán es ahora el propietario de este trabajador hasta que la deuda sea saldada. Y este aldeano quedará atrapado en el barco hasta que el capitán le diga que puede irse.

Las condiciones a bordo son brutales

Ahí, los capitanes son como Dios. Con la prerrogativa de golpear y de matar.

“No era sólo conmigo, el jefe de tripulación y el segundo a bordo golpeaban a todos los tripulantes y nos reprendían… Nos daban patadas y puñetazos. Básicamente, a todos”.

La mayoría de las personas que he entrevistado a bordo de barcos hablan de jornadas de 20 horas con un suministro constante de anfetaminas para seguir trabajando.

Trabajábamos muy duro. No teníamos tiempo para jugar. A veces sólo dormíamos una hora

La comida escasea, y está llena de bichos. Y la herida más leve puede ser mortal.

En esta grabación poco común, un marinero de cubierta muere por una herida y su cuerpo es lanzado al mar.

En un barco lleno de esclavos, nadie duerme tranquilo. La noche era el momento de la venganza. Así que hay que tener mucho cuidado por la noche y nunca se puede saber lo que alguien está pensando.

La pesca está clasificada como la profesión más letal del mundo, con unas 38 mil víctimas mortales cada año.

Algunos puertos del mundo, como el de Montevideo, Uruguay, tienen un promedio de un cadáver cada seis semanas en los barcos pesqueros.

Lo que sigue sin estar claro es el número de cuerpos que son arrojados al mar, y en cuántas ocasiones la tripulación muere por accidentes evitables, negligencias terribles o asesinatos.

El gobierno de Tailandia había prometido solucionar el problema con más trabajo policial. Así que me uní a varias de sus patrullas en el mar.

Esperaban demostrar cómo habían mejorado, algo que sin duda habían logrado, pero aún había grandes problemas

Entonces primero tenemos que ver quién es quién en ese grupo, tenemos que averiguar quién es el contramaestre y quién es el ingeniero para que podamos separarlos.

El contramaestre es esencialmente el que da órdenes a la tripulación. El intermediario entre la tripulación y los oficiales.

El contramaestre es justo la persona que no quieres cerca de la tripulación cuando estás haciendo este tipo de entrevistas, porque él es el que administra las palizas, el que administra los asesinatos, el que espía a la tripulación para asegurarse de que no están pensando en un motín.

Por eso el hecho de que los inspectores se dirigieran al contramaestre y de que él fuera el traductor de estas entrevistas era un enfoque completamente equivocado, algo casi cómico, pero de una forma siniestra.

-Entonces, ¿estamos casi listos para trasladar a estos chicos al barco?

-Sí.

-Muy bien, hagámoslo entonces...

A menudo esto es puro teatro. El gobierno tailandés dice haber completado 50 mil inspecciones sin encontrar ni una sola infracción, pese a que un informe reciente asegura que tres cuartas partes de su flota pesquera siguen vinculadas a trabajadores que han sido vendidos.

Actualmente, hay más personas en régimen de esclavitud que en ningún otro momento de la historia de la humanidad.

En su mayoría, a los gobiernos no les interesa enfrentar el problema del océano sin ley porque es difícil, caro, y tiene un beneficio político mínimo, y es que en este lugar la mayoría de las víctimas son extranjeros sin documentos.

En los casos en que los gobiernos sí actúan, sus medidas suelen ser torpes y poco eficaces.

La lección que aprendí en mis indagaciones acerca de la esclavitud en el mar es que se trata del cruce perfecto de delitos contra los derechos humanos y delitos medioambientales.

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La esclavitud en el mar también es un resultado directo de la globalización en las cadenas de producción y distribución de alimentos. Se basa en un sistema descentralizado y externalizado, y en un modelo de negocio que convierte los crímenes que ocurren en aguas lejanas y en la cadena de suministro de alimentos en algo normalizado que de manera conveniente no se ve.


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