La capital del amor se congela; cierran la torre Eiffel por nevadas

La torre Eiffel fue cerrada este martes a los visitantes debido a las malas condiciones meteorológicas, anunció la empresa que gestiona el monumento más emblemático de París cuando la capital y sus alrededores están en alerta naranja por nieve y hielo.

"Debido a las condiciones meteorológicas, la Torre Eiffel está cerrada para todos nuestros visitantes", escribió la empresa pública en Twitter, invitando a los interesados a seguir "la evolución de la situación" en las redes sociales.

La Torre Eiffel recibió más de seis millones de visitantes en 2017. El azote invernal se endureció el martes en toda Francia, con nieve y hielo incluso a baja altitud y gélidas temperaturas.

El mal tiempo causó más de 700 kilómetros de atasco en la capital y en sus alrededores poco antes de las 19H30 locales, según la página web de informaciones de tráfico Sytadin.

Los autobuses de París y su área metropolitana dejaron de circular en la noche del martes y los autobuses escolares no prestarán servicio el miércoles en varios departamentos franceses, incluida la región de París, donde se esperaban acumulaciones de entre cinco y 10 centímetros de nieve en el suelo.

Con la primera gran nevada del año en París, algunos habitantes no dudaron el martes en calzarse los esquíes para bajar la colina de Montmartre, frente a la basílica del Sacré Coeur.

Según la agencia meteorológica francesa, Météo France, las nevadas se intensificarán durante la madrugada del miércoles, con temperaturas que podrían caer hasta los 10 ºC bajo cero.

El frío obligó a la compañía de ferrocarriles francesa a reducir la velocidad de sus trenes en una parte del país, ocasionando importantes retrasos en algunas líneas.

Météo France activó para el miércoles su alerta naranja por nieve y hielo en 27 departamentos del centro y el norte de Francia. A partir del lunes, 22 departamentos habían activado la "alerta gran frío" para alojar a los sin techo.

Esta primera ola de frío invernal contrasta con las últimas semanas. El pasado fue el mes de enero más suave en más de un siglo y estuvo marcado por una humedad sin precedentes. Las lluvias provocaron crecidas de ríos en varias regiones, especialmente del Sena en París.