QUITO. El gobierno de Ecuador y dirigentes indígenas firmaron, con mediación de la Iglesia católica, un acuerdo para rebajar nuevamente los combustibles y poner fin a 18 días de protestas por el alto costo de vida que dejaron seis muertos.
El pacto prevé una reducción de cinco centavos por galón en el precio del diésel y gasolina, adicional a los 10 centavos ya cedidos por el gobierno. Los indígenas exigían un recorte de 40 centavos.
➡️ Gobierno de Filipinas intensifica ataques contra periodista María Ressa
Firmado en Quito por el presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Leonidas Iza, y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, el acuerdo estipula una mesa de diálogo, "el cese de las movilizaciones" y el levantamiento de un estado de excepción en cuatro provincias.
Además prevé la derogatoria de un decreto para la entrega de nuevos campos petroleros y una reforma para limitar la extracción de minerales en territorios indígenas y zonas de protección hídrica.
Luego de suscribir el acta, Jiménez e Iza se estrecharon las manos.
"De acuerdo al acta que hemos firmado, vamos a suspender" las protestas, expresó Iza tras la firma, confirmando la terminación de las más largas manifestaciones protagonizadas por la Conaie.
Los dirigentes indígenas se tomaron las manos y las levantaron en señal de triunfo. El mandatario conservador Guillermo Lasso celebró en Twitter: "Hemos alcanzado el valor supremo al que todos aspiramos: paz en nuestro país".
"Terminó el paro. Ahora empezamos juntos la tarea de transformar esta paz en progreso, bienestar, y oportunidades para todos", agregó.
Las nuevas cotizaciones de combustibles entrarán en vigencia una vez que el mandatario emita un decreto.
Lasso, quien asumió el poder hace 13 meses, se salvó de ser destituido por el Congreso, donde una oposición mayoritaria pero dividida lo responsabilizaba de la crisis política. A sus detractores les faltó 12 votos para reunir los 92 necesarios.
Un intento previo de negociaciones, mediado por el Parlamento, había sido suspendido por el propio jefe de Estado un día después de iniciado, tras un ataque a un convoy de militares y policías en la Amazonia atribuido a los manifestantes.