Desde Arizona hasta el Amazonas, la población indígena vive la misma situación que el resto del mundo, sus armas, el aislamiento natural de las zonas en las que viven, bloquear caminos sólo para dejar pasar lo esencial y los remedios ancestrales.
En las entrañas de las montañas de Chiapas, pobladores indígenas toman las medidas necesarias para evitar que en su región no azote con fuerza la pandemia.
En los municipios de Chilon y Sitalá, que se rigen por usos y costumbres propios, aún existen comunidades aisladas con servicios de salud insuficientes.
Estos municipios, habitados mayoritariamente por indígenas ch'ol-tzeltal, tienen escasas clínicas y sólo atienden dolencias básicas. Y por ello, un brote podría ser fatal, cuenta Sebastián Hurtado Núñez, integrante del gobierno comunitario de Sitalá, uno de los municipios más pobres de México.
"Estamos respetando las instrucciones gubernamentales porque si nos llega a pegar esa enfermedad totalmente nos vamos a morir. Porque no hay medicamentos en los hospitales, no tenemos doctores, no hay laboratorios", manifestó.
Alrededor de 27 por ciento de la población chiapaneca -1.14 millones de habitantes- son indígenas, según el Censo de Población y Vivienda de 2010.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 76.4 por ciento de la población de Chiapas vive en la pobreza, y la mayoría de estos son indígenas.
La pandemia del coronavirus está teniendo un impacto devastador en los pueblos indígenas de todo el mundo más allá de la salud, por la marginalización de las comunidades, la militarización o invasión de sus territorios y la pérdida de derechos.
"Cada día recibo más informes de todos los rincones del mundo sobre cómo las comunidades indígenas se ven afectadas por la pandemia de Covid-19 y me preocupa profundamente ver que no siempre se trata de cuestiones de salud", dijo en Ginebra el nuevo relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos de los pueblos indígenas, José Francisco Calí Tzay.
ESTRATEGIAS PROPIAS
Las comunidades indígenas chiapanecas establecieron una estrategia que incluye no salir de su comunidad y bloquear las vías, permitiendo únicamente el ingreso de vehículos con alimentos y productos de primera necesidad.
Sin embargo, seguir al pie de la letra todas las recomendaciones se torna difícil por la falta de agua. Según el Coneval, 57.5 por ciento de los hablantes de lengua indígena a nivel nacional carece de agua potable en su vivienda.
El dinero es otro obstáculo. "Aquí en la comunidad sólo sobrevivimos de comida, lo que sembramos. Porque dinero no hay", dijo Rosalía Gutiérrez Monterrosa, habitante de Juan Sabines, un pueblo perteneciente a Chilón. Con pocos recursos, estas comunidades han logrado conseguir algunos cubrebocas y gel antibacterial.
"Organizarnos a toda la población, desde jóvenes, hombres y mujeres, a adultos mayores. Y todo lo que se sabe o se ha escuchado en radio o televisión lo planteamos a la gente y pedimos por favor que cumplan indicaciones", explicó Gilberto Gutiérrez de Arar, integrante del gobierno comunitario de Chilón.
REMEDIOS NATURALES
La comunicación en los comités comunitarios es constante, sobre todo cuando los pobladores locales regresan de otros estados del país que registran un alto número de contagios de Covid-19.
"Aquí no hay atención, las caravanas de salud desaparecieron. En el hospital no hay ni médico. Muchas familias están regresando del norte del país y del Caribe, y no hay una valoración médica o prueba para ver en qué condición llegan a las comunidades", lamentó Gutiérrez de Arar.
Es por ello que a los que arriban de otros lugares se les pide que "se guarden en sus casas" varios días mientras son vigilados por los propios familiares.
Y en el caso de presentar alguna dolencia, es habitual hacer uso de remedios naturales. "Si enferman, pues les damos té de hierbas medicinales".
Sin embargo, la mayoría de los municipios que podrían regresar más rápido a la nueva normalidad son los de menor población, que generalmente están habitados por indígenas.
Son 324 municipios mexicanos que no registran casos confirmados o sospechosos de la pandemia y que colindan con municipios bajo condiciones similares .
Los municipios de la esperanza, así llamados por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, representan el 13.1 por ciento del total del país.
ECUADOR
Organizaciones indígenas y de Derechos Humanos expresaron su preocupación tras la confirmación del primer caso en una mujer waorani, de la Amazonía, y exigieron la realización de pruebas en la comunidad así como mayor atención por parte del Gobierno de Ecuador.
Así lo aseguró la Alianza de Derechos Humanos en un comunicado en el que expresa su preocupación "debido a la confirmación de un caso de Covid-19 de una mujer waorani, de aproximadamente 21 años, que vive en la comunidad de Miwaguno, en la provincia de Orellana".
Oswaldo Nenquimo, portavoz de Resistencia Waorani, aseguró este sábado que la confirmación del caso se dio por una prueba PCR y otra rápida y que la mujer, en estado de gestación, fue trasladada a un hospital del sur de Quito.
La Alianza de Derechos Humanos dijo que el caso de la mujer se confirmó el pasado jueves y apuntó que "preocupa que, de acuerdo al permanente monitoreo de las autoridades políticas waorani, estamos frente a una posible propagación del virus en varias comunidades".
"Se han detectado integrantes de la nacionalidad con sintomatología del Covid-19 en las comunidades de Conipare y Gareno, en Napo; Miwaguno, en Orellana; y Toñampare, en Pastaza", especificó.
ESTADOS UNIDOS
Pese a que son las grandes ciudades las que se han llevado el mayor impacto por la pandemia del nuevo coronavirus, en Estados Unidos los nativos de la Nación Navajo, ubicados en Arizona, Utah y Nuevo México, tienen una incidencia de la enfermedad tan alta como Nueva York, algo que ha llevado a la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) a acudir en su ayuda.
La doctora Carolina Batista es parte de un equipo de casi una decena de personas que MSF ha enviado a la Nación Navajo para ayudar a combatir la extensión del virus, que ha acabado hasta el momento con la vida de 127 personas.
“Nuestra primera labor es hacer una evaluación de la situación e identificar qué áreas y poblaciones son las más vulnerables. La comunidad Navajo ha sido golpeada muy duro a nivel per capita”, explica Batista, quien acaba de regresar temporalmente de la Nación Navajo. Esta reserva es el hogar de 175 mil personas, 43 por ciento en situación de pobreza.
El presidente de la Nación Navajo, Jonathan Nez, explicó en entrevista con la emisora NPR que han centrado su estrategia en realizar un gran número de test, que alcanzará a 8% de la población.
Lamentó también lo difícil que es concientizar a algunas personas sobre la importancia del confinamiento.
Te recomendamos el podcast ⬇