Guanajuato.- Hace una semana iniciaron los Censos Económicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) pero en Guanajuato el personal encargado de levantar datos es presa de la ola de inseguridad por la que atraviesa el estado.
El personal del Inegi tiene que lidiar con que los dueños de negocios no les abran la puerta, les nieguen información o los corran, sin mencionar que hasta los asaltan en las calles de Irapuato.
En ese municipio guanajuatense hay alrededor de 80 censores perfectamente identificados con chalecos, sombreros, mochilas, credenciales con holograma, dispositivos electrónicos y cuestionarios impresos, pero debido a la inseguridad las personas son cada vez más desconfiadas para dar información o abrir la puerta de su hogar o negocio.
Este comportamiento de desconfianza y temor de los comerciantes es provocado por los altos indices de robos y asaltos que han sufrido los negocios, según dice Héctor Carlo León Ramírez, presidente de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco) en Irapuato.
Ese temor que sienten los comerciantes es el mismo por el que está pasando el personal del Inegi, como Bertha Montiel, quien participa por primera vez, y aunque conoce la situación de inseguridad que se vive en Irapuato, aceptó el trabajo.
“Tenemos muchos problemas para que la gente coopere con nosotros, sólo dos de cada 10 sí nos contestan como máximo. Sabemos que ha sido complicado para los comercios porque han sido asaltados; si acceden a darnos la entrevista nos dejan afuera, anteriormente nos pasaban y nos daban un espacio, ahora no” dijo Bertha Montiel, quien es parte del personal del Inegi.
La poca cooperación de los comerciantes no sólo está retrasando el trabajo del instituto, que tiene hasta mayo para censar los más de 25 mil 500 establecimientos del municipio.
Jorge Humberto Dueñas Acuña, coordinador del Inegi en Guanajuato, aseguró que desde el primer día que arrancaron los Censos Económicos mantendrían coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública para garantizar la seguridad de los encuestadores, principalmente en zonas de riesgo o conflictivas.
Bertha Montiel contó que varios de sus compañeros han sido asaltados por motorratones (ladrones que operan en motocicletas), los cuales les han quitado celulares, mochilas y demás pertenencias, motivo por el cual ya renunciaron algunos.
Otros, dice, esperan a la quincena para renunciar, pues afirman que aparte de que las personas no ayudan, están en peligro.